Aunque Emma García decidió mudarse a Madrid en su juventud, su conexión con el País Vasco, y en particular con Ordizia, sigue siendo profunda y significativa. Esta localidad, situada en el interior de Guipúzcoa, es conocida por su rica historia, su cultura vibrante y su fuerte identidad vasca. Emma ha mantenido un vínculo especial con su tierra natal, donde creció y vivió momentos inolvidables que han marcado su vida personal y profesional.
### La Historia de Ordizia: Un Refugio Cultural
Ordizia, fundada en el siglo XIII como Villafranca de Ordicia, ha sido un importante centro comercial desde la Edad Media. Su famoso mercado, que se celebra todos los miércoles, es uno de los más emblemáticos del País Vasco y atrae a visitantes de toda la región. Este mercado, que ha estado en funcionamiento durante más de 500 años, es conocido por ofrecer productos locales frescos, como quesos, verduras, frutas y carnes. El queso Idiazábal, en particular, es uno de los orgullos de la localidad, reconocido por su Denominación de Origen Protegida (D.O.P.) desde los años 80.
La arquitectura de Ordizia también es digna de mención. Sus calles empedradas y casas señoriales reflejan la tradición vasca, creando un ambiente acogedor y auténtico. Además, la localidad está rodeada de un paisaje natural impresionante, con montañas y valles que invitan a la exploración y al disfrute de actividades al aire libre, como el senderismo y el ciclismo. La cercanía al Parque Natural de Aralar y al Aizkorri-Aratz añade un valor adicional a esta hermosa región.
Emma García ha compartido en varias ocasiones su amor por Ordizia, describiéndola como su «refugio del alma». A pesar de su ajetreada vida en Madrid, siempre encuentra tiempo para regresar a su pueblo natal, donde se siente como «una más» y puede desconectar del bullicio mediático. En sus redes sociales, Emma ha mostrado momentos de su vida en Ordizia, desde paseos por el mercado hasta celebraciones locales, reafirmando su orgullo por sus raíces vascas.
### La Influencia del Queso Idiazábal en la Cultura Local
El queso Idiazábal es más que un simple producto alimenticio en Ordizia; es un símbolo de la cultura y la identidad vasca. Este queso, elaborado principalmente con leche de oveja de razas autóctonas, tiene un sabor intenso y una textura compacta que lo hacen único. La tradición de su producción se remonta a siglos atrás, y su reconocimiento a nivel nacional e internacional ha contribuido a la economía local y a la promoción de la gastronomía vasca.
Cada año, Ordizia celebra el Concurso de Queso Idiazábal durante las Euskal Jaiak, un evento que atrae a amantes de la gastronomía de todas partes. Este concurso no solo resalta la calidad del queso, sino que también fomenta la comunidad y la cultura local, uniendo a productores y consumidores en una celebración de la identidad vasca.
Además de su conexión con el queso, Ordizia es conocida por su cultura de «slow food», que promueve el consumo de productos locales y de temporada. Esta filosofía se refleja en la oferta gastronómica de la localidad, que incluye sidrerías y asadores que sirven platos tradicionales elaborados con ingredientes frescos y de calidad. Emma García, al compartir su amor por la comida vasca, también destaca la importancia de preservar estas tradiciones culinarias que forman parte de su identidad.
La relación de Emma con Ordizia y su cultura es un testimonio de cómo las raíces pueden influir en la vida de una persona, incluso cuando se encuentra en el centro de la vida mediática. Su conexión con su tierra natal no solo la define como persona, sino que también la inspira a compartir su historia y su cultura con el mundo. En un momento en que la globalización tiende a diluir las identidades locales, la historia de Emma García y su amor por Ordizia son un recordatorio de la importancia de mantener vivas nuestras tradiciones y raíces.
A través de sus escapadas a Ordizia, Emma no solo regresa a sus orígenes, sino que también se reconecta con lo que realmente es. La presentadora ha expresado en varias entrevistas que su infancia en Ordizia fue «feliz y sencilla», y esos recuerdos son los que la mantienen centrada en su vida profesional y personal. En un mundo donde la fama puede ser efímera, su vínculo con Ordizia es un ancla que le permite recordar quién es y de dónde viene.