La industria de la inteligencia artificial (IA) está tomando un papel protagónico en el escenario político estadounidense, utilizando su considerable poder económico para influir en las próximas elecciones. Un grupo de empresarios e inversores de Silicon Valley ha destinado más de 100 millones de dólares a comités de acción política con el objetivo de abogar contra las regulaciones que podrían limitar su crecimiento y desarrollo. Esta estrategia busca apoyar a candidatos de ambos partidos, republicanos y demócratas, que se alineen con sus intereses, a pesar de que una mayoría significativa de la población estadounidense, hasta un 58%, se manifiesta a favor de regulaciones más estrictas en este ámbito.
La intención de estos magnates es clara: influir en las elecciones de medio término de 2026, donde se renovarán todos los escaños de la Cámara de Representantes y un tercio del Senado. Al colocar a candidatos afines en posiciones clave del poder legislativo, la industria de la IA espera moldear la legislación a su favor. Este fenómeno no es nuevo en Estados Unidos, donde la injerencia de grandes poderes económicos en la política se ha normalizado. Desde una decisión controvertida del Tribunal Supremo en 2010, que eliminó las restricciones sobre la financiación de campañas políticas, los millonarios y las corporaciones han podido invertir cantidades ilimitadas en apoyar a candidatos que defiendan sus intereses.
### La Fusión de Poderes: Dinero y Política
El impacto de esta fusión entre la riqueza privada y el poder político es evidente. Según el Brennan Center for Justice, esta situación ha creado un entorno donde los intereses económicos pueden influir en la legislación de manera sin precedentes, similar a lo que se observó a finales del siglo XIX. El grupo de presión más destacado en esta nueva era es «Leading the Future», respaldado por figuras influyentes como Greg Brockman, presidente de OpenAI, y la firma de capital riesgo Andreessen Horowitz, conocida por su apoyo a la desregulación y a la agenda del expresidente Donald Trump.
La misión de «Leading the Future» es clara: realizar donaciones a políticos que se opongan a la regulación de la IA y lanzar campañas de propaganda digital contra aquellos que apoyan la regulación. A pesar de que grandes empresas como Microsoft abogan por una normativa que limite los excesos en el sector, los líderes de este grupo han declarado que su objetivo es contrarrestar cualquier esfuerzo que busque frenar el despliegue de la IA, argumentando que esto podría perjudicar a los trabajadores estadounidenses y la innovación.
El comité ha decidido concentrar sus esfuerzos en cuatro estados clave: Nueva York, California, Illinois y Ohio, donde la influencia de la IA y sus defensores puede ser decisiva en el resultado electoral.
### Aprendiendo de la Industria Cripto
La estrategia de la industria de la IA parece estar inspirada en el éxito que tuvo la industria de las criptomonedas en las elecciones anteriores. En 2024, ejecutivos y líderes del sector, como Coinbase y Ripple, invirtieron más de 240 millones de dólares en apoyar a candidatos que favorecieran sus intereses y debilitar a aquellos que eran escépticos respecto a las criptomonedas. El comité de acción política más destacado de este sector, Fairshake, logró movilizar más de 130 millones de dólares y ganó 53 de las 58 contiendas al Congreso en las que participó.
Esta influencia ha llevado a cambios significativos en la regulación del sector, con la administración republicana tomando medidas que benefician directamente a las empresas de criptomonedas. Por ejemplo, Trump ordenó a la Comisión de Bolsa y Valores y al Departamento de Justicia que cesaran las investigaciones sobre posibles abusos en empresas como Ripple y Coinbase, lo que ha suscitado acusaciones de corrupción y conflictos de interés.
Fairshake, que también cuenta con el respaldo de Andreessen Horowitz, ha recaudado más de 141 millones de dólares para influir en las elecciones de medio término del próximo año, buscando rediseñar el poder legislativo de acuerdo con sus intereses. Esta tendencia plantea serias preguntas sobre la integridad del proceso democrático en Estados Unidos y el papel que juegan los intereses económicos en la configuración de políticas públicas.
La creciente influencia de la industria de la IA en la política estadounidense es un fenómeno que merece atención. A medida que se acercan las elecciones de 2026, será crucial observar cómo estas dinámicas se desarrollan y qué impacto tendrán en la regulación de la inteligencia artificial y en la democracia misma. La intersección entre la tecnología, el dinero y la política está redefiniendo el panorama electoral, y los ciudadanos deben estar informados y preparados para participar en este debate crítico.