La reciente decisión del PSOE y Junts de transferir competencias migratorias a Cataluña ha generado un clima de tensión dentro de la coalición Sumar, liderada por Yolanda Díaz. Este acuerdo, que se debatirá y votará en el Congreso, ha puesto de manifiesto las diferencias internas en un grupo que se ha mostrado dividido ante una cuestión tan delicada como la migración. A pesar de que la postura oficial de Sumar es favorable al traspaso, ya se han manifestado disidencias significativas que podrían afectar el resultado de la votación.
Uno de los primeros en expresar su desacuerdo ha sido Alberto Ibáñez, diputado de Compromís, quien ha dejado claro que no apoyará la iniciativa. Por su parte, los cinco diputados de Izquierda Unida han optado por mantener su voto en suspenso, lo que añade más incertidumbre a la situación. Ante este panorama, el equipo de Yolanda Díaz ha intensificado las negociaciones en un intento por lograr una posición unificada dentro del grupo parlamentario.
La votación que se llevará a cabo en el Congreso no solo será un reflejo de las tensiones actuales, sino que también podría evidenciar la falta de cohesión en Sumar, un grupo que ha tenido dificultades para garantizar un voto unificado en los últimos meses. Las conversaciones sobre el acuerdo se han intensificado en las últimas horas, y se espera que la dirección de Sumar se reúna para abordar este tema crucial. Fuentes cercanas a Yolanda Díaz han indicado que están trabajando para asegurar un voto unitario, aunque reconocen que persisten dudas en Izquierda Unida.
Yolanda Díaz, en su intervención de apertura del curso ante su grupo, hizo un llamado a la unidad y al apoyo de la norma, argumentando que la descentralización es esencial para una mejor gestión de las competencias. «Cuanto más cerca está la competencia, mejor podemos gestionar», afirmó, defendiendo así el acuerdo alcanzado entre PSOE y Junts. Sin embargo, este mismo partido ha sido criticado por su reciente rechazo a la reducción de la jornada laboral, una de las propuestas más emblemáticas de Díaz.
En Sumar, se argumenta que el traspaso de competencias es solo una admisión a trámite, lo que permitiría la introducción de enmiendas durante el proceso parlamentario. Sin embargo, la posibilidad de una fractura en el grupo es real. En caso de que las posiciones se mantengan irreconciliables, se buscará minimizar las diferencias y se podría optar por una fórmula de libertad de voto, lo que podría suavizar las tensiones internas.
Por otro lado, Podemos ha dejado claro que sus cuatro diputados se opondrán a la propuesta pactada entre PSOE y Junts, calificándola de «abiertamente racista». Esta postura podría facilitar que otros miembros de Sumar se sientan menos presionados para respaldar la iniciativa, permitiendo que cada partido marque su propia posición en un tema tan sensible como la migración. La situación es especialmente complicada para Izquierda Unida, que se encuentra en medio de un debate interno sobre cómo proceder.
Eva García Sempere, portavoz de Izquierda Unida, ha indicado que aún no tienen decidido su voto, y se espera que Enrique Santiago, su portavoz parlamentario, comparezca para dar más detalles sobre la postura del partido. Antonio Maíllo, otro dirigente de IU, ha expresado sus dudas sobre el acuerdo, señalando que solo vincula a PSOE y Junts. Además, ha advertido que, para obtener el apoyo mayoritario en el Congreso, será necesario negociar y modificar ciertos elementos del acuerdo.
Maíllo ha destacado que, aunque la delegación de competencias puede ser positiva, el hecho de que se limite a Cataluña plantea problemas. Criticó que el enfoque de la migración esté centrado en el control de fronteras y sanciones, en lugar de adoptar una perspectiva social que respete los derechos de los migrantes. La preocupación por la cesión del control de fronteras a los Mossos d’Esquadra y la imposición de sanciones administrativas ha sido un punto de fricción para Izquierda Unida, que aboga por un enfoque más humanitario y menos restrictivo.
La situación actual en Sumar refleja las complejidades de la política migratoria en España y las tensiones inherentes a una coalición que busca equilibrar diversas posturas ideológicas. A medida que se acerca la votación, las negociaciones y los debates internos continuarán, y el resultado podría tener implicaciones significativas no solo para la coalición, sino también para la política migratoria en el país.