La carrera de César Sarachu ha sido un fascinante viaje que abarca múltiples disciplinas artísticas y países. Desde su debut en el teatro hasta su reciente participación en la película «El Cautivo» de Alejandro Amenábar, Sarachu ha demostrado ser un actor versátil y apasionado. Su historia no solo es un testimonio de su talento, sino también de su dedicación y amor por el arte.
### Los Inicios de una Carrera Prometedora
César Sarachu Izquierdo nació el 28 de diciembre de 1958 en Baracaldo, una ciudad situada en la provincia de Vizcaya, en el País Vasco. Desde muy joven, mostró un interés por las artes escénicas, lo que lo llevó a iniciar sus estudios teatrales en su tierra natal. Sin embargo, su ambición lo llevó a Madrid, donde buscaba ampliar su formación actoral. A pesar de no ser admitido en la Real Escuela Superior de Arte Dramático, esta experiencia no lo desanimó. En 1986, decidió trasladarse a París para estudiar en la prestigiosa escuela de Jacques Lecoq, donde perfeccionó su técnica y se sumergió en un entorno cultural vibrante.
Durante su estancia en París, César no solo se enfocó en su formación, sino que también encontró el amor. Conoció a Åsa, una actriz sueca, lo que marcó un punto de inflexión en su vida personal y profesional. La pareja decidió mudarse a Bilbao tras finalizar sus estudios, pero la búsqueda de un lugar donde ambos pudieran prosperar los llevó a Estocolmo en 1991. Esta ciudad se convertiría en su hogar y en el escenario de su carrera artística.
### Éxito en el Teatro y la Televisión
A lo largo de su carrera, César Sarachu ha trabajado en diversas producciones teatrales y cinematográficas, tanto en Suecia como en otros países. Entre 2000 y 2005, formó parte de la compañía Unga Klara del Stadsteatern en Estocolmo, donde participó en múltiples obras que le permitieron consolidar su carrera en el teatro. Además, su trabajo con el Theatre de Complicité en Londres le brindó la oportunidad de colaborar con algunos de los mejores talentos del teatro contemporáneo.
A pesar de su éxito internacional, fue su papel en la serie «Camera Café» lo que le otorgó gran popularidad en España. Emitida entre 2005 y 2009, la serie se centraba en la vida cotidiana de los empleados de una oficina, y Sarachu interpretó a Bernardo Marín, un contable tímido y peculiar. Este personaje resonó con el público español, convirtiéndose en un referente de la comedia televisiva de la época. Su actuación en «Camera Café» no solo le abrió puertas en el ámbito televisivo, sino que también le permitió participar en otras producciones españolas, como «¡Fibrilando!» en 2009 y «Justo antes de Cristo» en 2019.
A lo largo de los años, Sarachu ha mantenido un equilibrio entre su vida personal y profesional. Su relación con Åsa ha sido un pilar fundamental en su vida, y juntos han formado una familia en Suecia, donde han criado a sus dos hijas. A pesar de su éxito en el extranjero, César nunca ha perdido el contacto con sus raíces vascas, y ha regresado a España para participar en montajes teatrales de gran prestigio, como «Reikiavik» y «Intensamente azules», ambas obras de Juan Mayorga.
### Un Regreso Triunfal al Cine
En 2025, César Sarachu tuvo la oportunidad de participar en la película «El Cautivo», dirigida por Alejandro Amenábar. En esta producción, que narra la vida de Miguel de Cervantes durante su cautiverio en Níger, Sarachu interpreta a Fray Juan Gil, un papel que le ha permitido explorar nuevas facetas de su talento actoral. La película ha sido bien recibida por la crítica, y la actuación de Sarachu ha sido elogiada por su profundidad y autenticidad.
El regreso de Sarachu al cine marca un hito en su carrera, ya que combina su experiencia en el teatro con su amor por la actuación en la pantalla grande. A lo largo de su trayectoria, ha demostrado que su pasión por el arte no conoce fronteras, y su historia es un ejemplo inspirador para aquellos que buscan seguir sus sueños en el mundo del espectáculo.
César Sarachu es un claro ejemplo de cómo la dedicación y el amor por el arte pueden llevar a un artista a explorar nuevas oportunidades y a dejar una huella imborrable en la industria. Su viaje desde el País Vasco hasta Suecia, pasando por escenarios internacionales, es una historia que continúa desarrollándose, y su legado en el mundo del cine y el teatro está lejos de haber terminado.