En los últimos meses, el PSOE ha experimentado un notable cambio en su percepción interna y en su estrategia electoral. Después de un periodo de crisis marcado por la detención de Santos Cerdán, exsecretario de Organización, el partido ha comenzado a mostrar signos de optimismo. Este cambio de ánimo se debe, en parte, a la falta de pruebas sobre financiación irregular y a los errores estratégicos del Partido Popular (PP), que ha intentado adoptar posturas más extremas en temas como la inmigración y el aborto. La situación actual ha llevado a varios altos cargos del PSOE a afirmar que «hay partido» en las próximas elecciones, aunque esta percepción aún se basa más en la esperanza que en datos concretos.
El PSOE se prepara para afrontar dos importantes citas electorales en Castilla y León y Andalucía, previstas para la primera mitad del año que viene. A pesar de que desbancar al PP en estas comunidades es considerado un reto complicado, los socialistas están decididos a demostrar que su tendencia es al alza, mientras que la del PP parece estar en declive. En Castilla y León, los socialistas confían en que su nuevo líder territorial, Carlos Martínez, alcalde de Soria, pueda superar a Alfonso Fernández Mañueco, actual presidente autonómico. En Andalucía, la vicepresidenta primera del Gobierno, María Jesús Montero, se enfrentará a Juanma Moreno, quien busca mantener su mayoría absoluta.
### Estrategias y Expectativas del PSOE
El PSOE ha delineado una estrategia clara para las próximas elecciones, centrada en resaltar las debilidades del PP y en atraer a votantes moderados que se sientan desilusionados con la deriva hacia la extrema derecha de su antiguo partido. La cúpula del PSOE ha señalado que el esfuerzo del PP por parecerse a VOX ha creado un espacio para que los votantes moderados busquen alternativas en el PSOE. Esta estrategia se basa en la premisa de que los ciudadanos prefieren el «original» a la «copia», refiriéndose a la necesidad de un partido que represente verdaderamente sus intereses sin caer en extremismos.
Las elecciones en Castilla y León están previstas para mediados de marzo, y Mañueco ha expresado su intención de agotar la legislatura. En las últimas elecciones, obtuvo el 31,4% de los votos, apenas un punto y medio por encima del candidato socialista, Luis Tudanca. Sin embargo, la gestión de Mañueco frente a los incendios forestales que devastaron León y Zamora en agosto ha generado críticas que podrían afectar su popularidad. Los socialistas creen que Martínez tiene altas posibilidades de superar a Mañueco, lo que podría cambiar el relato sobre la inevitabilidad de la llegada de Feijóo a la Moncloa.
En Andalucía, las elecciones se esperan para marzo o junio, y el PSOE ha comenzado a movilizarse. Sánchez ya participó en un acto con Montero, que atrajo a 4,000 asistentes, lo que ha insuflado nuevas esperanzas en el partido. Sin embargo, las encuestas no favorecen a Montero, quien se enfrenta a un reto considerable para superar el 24,10% de los votos que logró su antecesor, Juan Espadas, en 2022. A pesar de esto, el PSOE considera que mejorar su resultado sería un éxito significativo.
### Desafíos y Fricciones Internas
A pesar del optimismo, el PSOE enfrenta desafíos internos que podrían complicar su estrategia electoral. La doble función de María Jesús Montero como vicepresidenta y candidata a la presidencia andaluza ha generado tensiones con sus aliados en el Congreso, como ERC y Junts. Estos partidos son esenciales para la estabilidad del Gobierno de Sánchez, y cualquier fricción podría tener repercusiones en la campaña electoral.
Montero ha manifestado su intención de permanecer en el Gobierno hasta que se acerquen las elecciones, aprovechando su visibilidad para fortalecer su imagen ante los votantes. Sin embargo, esta estrategia podría ser arriesgada si las tensiones con sus aliados se intensifican. La situación actual del PSOE es un reflejo de la complejidad del panorama político español, donde las alianzas y las percepciones pueden cambiar rápidamente.
En resumen, el PSOE se encuentra en un momento crucial de su historia, donde la percepción de su futuro ha cambiado drásticamente en pocos meses. Con las elecciones en el horizonte, el partido está decidido a aprovechar la oportunidad para demostrar que su tendencia es al alza, mientras que el PP enfrenta desafíos significativos. La capacidad del PSOE para navegar por estos retos y consolidar su posición en las próximas elecciones será fundamental para su futuro político.