La situación política en Israel ha tomado un giro inesperado tras la reciente tregua en Gaza, que parecía ofrecer un respiro al primer ministro Binyamín Netanyahu y su gobierno. A pesar de la aparente mejora en su popularidad, las encuestas sugieren que este aumento es temporal y que las sombras de la responsabilidad por el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 aún persiguen a Netanyahu. La polarización en la sociedad israelí se ha intensificado, y la presión sobre el primer ministro para que asuma la responsabilidad por los fallos de seguridad se hace cada vez más fuerte.
La Knesset, el Parlamento israelí, se ha convertido en un escenario de tensiones políticas. Durante un evento reciente, el presidente estadounidense Donald Trump sugirió que Netanyahu debería recibir un indulto, lo que generó aplausos entre los asistentes. Sin embargo, este apoyo no parece ser suficiente para garantizar la estabilidad del gobierno de Netanyahu. Las encuestas indican que, aunque el Likud podría convertirse en el partido más grande de la Knesset, su coalición se quedaría corta de la mayoría necesaria para gobernar.
### La Polarización de la Sociedad Israelí
La polarización en la sociedad israelí es un fenómeno que ha ido en aumento en los últimos años, y el actual conflicto con Gaza ha exacerbado esta división. La doctora Gayil Talshir, politóloga de la Universidad Hebrea de Jerusalén, señala que la percepción pública de Netanyahu ha cambiado drásticamente desde el ataque de Hamás. A pesar de que su partido, el Likud, podría ganar más escaños en una elección anticipada, la realidad es que su coalición actual se vería debilitada, pasando de 68 a 51 escaños.
El ascenso de la oposición, liderada por el exprimer ministro Naftali Bennett, también es un factor a considerar. Su nuevo partido, Bennett 2026, ha ganado terreno en las encuestas, lo que sugiere que la oposición está unida en su rechazo a Netanyahu. Este bloque podría alcanzar 59 escaños, lo que lo dejaría a las puertas de la mayoría. La situación es aún más compleja debido a la necesidad de alianzas con partidos árabes-palestinos, lo que podría complicar aún más la gobernabilidad.
La extrema derecha, que ha sido una parte integral del gobierno de Netanyahu, también enfrenta desafíos. El partido Sionismo Religioso, liderado por Bezalel Smotrich, no alcanzaría el umbral electoral y podría quedar fuera de la Knesset. Esto refleja un cambio en la dinámica política, donde las promesas de una «victoria total» en Gaza no se han materializado. La percepción de que Hamás sigue teniendo control en ciertas áreas de Gaza ha generado preocupación entre la población israelí.
### Desafíos y Demandas de la Ciudadanía
A medida que la tregua en Gaza se mantiene, la opinión pública israelí ha comenzado a exigir respuestas. Un 57% de los ciudadanos apoya la creación de una comisión estatal de investigación para analizar los fallos de seguridad que llevaron al ataque del 7 de octubre. Sin embargo, el gobierno de Netanyahu se ha mostrado reacio a establecer dicha comisión, lo que podría intensificar la presión sobre su administración.
Además, el 46% de los israelíes cree que es necesario celebrar elecciones anticipadas, mientras que un 44% prefiere esperar hasta octubre de 2026, cuando finaliza el mandato actual. Este dilema pone a Netanyahu en una posición precaria, ya que debe equilibrar las demandas de la ciudadanía con la necesidad de mantener su gobierno en el poder.
Los desafíos políticos que enfrenta Netanyahu son múltiples. Desde la aprobación del presupuesto estatal hasta el controvertido proyecto de ley de reclutamiento de los ultraortodoxos, cada decisión podría tener repercusiones significativas en su gobierno. La próxima sesión de invierno en la Knesset promete ser dramática, con un aumento en la polarización y la presión sobre el primer ministro para que rinda cuentas por su gestión.
En resumen, la situación política en Israel es un reflejo de la complejidad de su sociedad. La tregua en Gaza ha proporcionado un alivio temporal, pero las sombras del pasado y las exigencias del presente amenazan con desestabilizar aún más el gobierno de Netanyahu. A medida que se acercan las elecciones, la presión sobre el primer ministro solo aumentará, y su capacidad para navegar por estas aguas turbulentas será crucial para su futuro político.