El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, reafirma su compromiso de mantener el gasto en defensa en un 2,1% del PIB, a pesar de las presiones ejercidas por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha instado a elevarlo al 5%. Durante su intervención en la Cumbre de Líderes MED9 en Eslovenia, Sánchez destacó que el Gobierno español tiene la intención de incluir en este gasto inversiones relacionadas con la lucha contra el cambio climático. «El Gobierno tiene claro que se pueden compatibilizar estas políticas con la seguridad y la defensa y eso hace España en consonancia con la UE y la OTAN», afirmó el mandatario ante los medios de comunicación.
El plan aprobado por el Gobierno para movilizar 10.471 millones de euros en 2025 para el gasto en seguridad contempla que un 17% de esta cantidad se destine a reforzar el papel de las Fuerzas Armadas en la gestión de emergencias y desastres naturales, como inundaciones o incendios. «Tenemos que dar respuesta a las inundaciones y a los efectos sobre el territorio de la emergencia climática», defendió Sánchez, quien busca cerrar un acto de Estado frente a esta emergencia climática antes de finalizar el año. Este acto se enmarca dentro de un decálogo que destaca la necesidad de crear fondos permanentes y coordinar esfuerzos entre administraciones para aumentar y mantener los recursos necesarios para prevenir y combatir eventos climáticos extremos.
En medio de la amenaza de la Administración estadounidense de imponer aranceles a España si no modifica su plan de inversiones en defensa, Sánchez ha optado por dotar a su estrategia de un enfoque más global, que aborde todas las aristas del concepto de seguridad. Esto incluye un “plan industrial” que contempla inversiones en ciberseguridad y otros campos, en lugar de centrarse únicamente en la adquisición de armamento. «Una visión más omnicomprensiva cuando hablamos de seguridad y defensa», subrayó durante un encuentro en la sede del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE). En este contexto, el Gobierno ha decidido que uno de cada diez euros del plan de inversión en defensa se destine a ciberseguridad.
A pesar de las presiones externas, el Gobierno se aferra al acuerdo alcanzado antes de la cumbre de la OTAN entre Sánchez y el secretario general de la Alianza, Mark Rutte, para mantener su posición de no superar el 2,1% del gasto en defensa. Fuentes de Moncloa han afirmado que «vamos a mantener la posición» y han resaltado que las relaciones con Estados Unidos son buenas, dentro del marco de la normalidad. Además, han destacado que España ya presenta un déficit comercial con Estados Unidos, un aspecto que Trump busca corregir con sus políticas arancelarias.
La situación se complica aún más debido a la aritmética parlamentaria, ya que el arco izquierdo del Congreso se opone al aumento del gasto militar. Podemos ha establecido como línea roja que no se aumenten las partidas destinadas a la seguridad. Para el Gobierno, evitar una subida del gasto militar, como se comprometió en la pasada cumbre de la OTAN, es crucial para salvaguardar su hoja de ruta y poder presentar unos presupuestos públicos que incluyan aumentos en vivienda y servicios públicos. Sánchez ya se comprometió a alcanzar el 2% del PIB en gasto en defensa sin aumentar impuestos, incurrir en déficit o hacer recortes en el Estado de bienestar. «No tocaremos ni un céntimo del gasto social para financiar este aumento de la inversión en seguridad y defensa», aseguró durante la presentación del plan en abril.
La postura de Sánchez refleja un intento de equilibrar las demandas internacionales con las necesidades internas, buscando un enfoque que no solo contemple la defensa militar, sino también la protección del medio ambiente y la seguridad cibernética. Este enfoque integral podría ser clave para la política de defensa de España en los próximos años, en un contexto global donde las amenazas son cada vez más complejas y multifacéticas.