En los últimos años, Andalucía ha visto la llegada de una nueva especie invasora que ha encendido las alarmas entre los ecologistas y la población en general: la hormiga de fuego. Este pequeño insecto, originario de América del Sur, ha comenzado a establecerse en diversas áreas de la región, generando preocupación por sus efectos nocivos tanto para la fauna local como para los seres humanos. La picadura de la hormiga de fuego no solo es dolorosa, sino que puede tener consecuencias graves, especialmente para los animales.
### Características y Comportamiento de la Hormiga de Fuego
La hormiga de fuego se distingue por su color rojo intenso o anaranjado y su tamaño, que puede variar, pero generalmente es pequeña, con extremidades de aproximadamente un milímetro. Este insecto es conocido por su agresividad y su capacidad para formar colonias grandes y competitivas. A diferencia de otras especies de hormigas, como la hormiga argentina, que tienden a vivir en supercolonias pacíficas, las hormigas de fuego son más propensas a atacar si se sienten amenazadas.
Una de las características más preocupantes de la hormiga de fuego es su picadura. A diferencia de la hormiga argentina, que carece de aguijón y es inofensiva, la hormiga de fuego tiene un aguijón visible y su picadura es venenosa. Esto provoca ardor, dolor e irritación en la piel. En casos extremos, la picadura puede desencadenar reacciones alérgicas graves, como el choque anafiláctico, que puede ser potencialmente mortal. Esta reacción se produce cuando el sistema inmunológico responde de manera exagerada a la picadura, liberando grandes cantidades de histamina que pueden causar una caída brusca de la presión arterial y dificultad para respirar.
Desde su primera aparición en España en 2018, la hormiga de fuego ha sido avistada en varias localidades, siendo Marbella una de las más afectadas, donde ha ocupado seis hectáreas de una urbanización. La investigación sobre esta especie ha sido publicada en la revista Iberomyrmex, y el investigador Xavier Espadaler, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, ha sido una de las voces más activas en alertar sobre su presencia y los riesgos asociados.
### Comparativa con la Hormiga Argentina
Es fundamental entender las diferencias entre la hormiga de fuego y la hormiga argentina, otra especie invasora que ha causado estragos en diversas regiones. Mientras que la hormiga de fuego es agresiva y su picadura es dolorosa, la hormiga argentina es más pacífica y no representa un peligro para los humanos. La hormiga argentina se caracteriza por su color marrón caramelo y su forma de vida en supercolonias, donde coexisten sin conflictos.
En términos de alimentación, ambas especies son omnívoras, pero sus preferencias varían. La hormiga de fuego se alimenta principalmente de insectos grandes, semillas y plantas, mientras que la hormiga argentina se siente atraída por azúcares y proteínas, especialmente la melaza. Esta diferencia en la dieta puede influir en la forma en que cada especie interactúa con su entorno y con otras especies.
Para aquellos que se preocupan por la presencia de hormigas de fuego en sus hogares o comunidades, existen varias medidas de prevención que se pueden implementar. Mantener los espacios exteriores limpios, vaciando la basura regularmente y evitando que los alimentos de mascotas queden al aire libre, son pasos importantes para reducir la atracción de estos insectos. Además, es recomendable recortar las plantas cercanas a las viviendas para evitar que sirvan como puentes hacia el interior.
Si se encuentra un hormiguero de hormigas de fuego, la opción más efectiva es derribarlo, aunque se debe tener cuidado al hacerlo para evitar picaduras. La vigilancia constante y la educación sobre esta especie son clave para mitigar su impacto en la región.
La llegada de la hormiga de fuego a Andalucía es un recordatorio de la importancia de la biodiversidad y de cómo las especies invasoras pueden alterar los ecosistemas locales. La colaboración entre investigadores, autoridades y la comunidad es esencial para abordar este problema y proteger tanto la salud pública como la fauna autóctona. La investigación continua y la educación sobre las características y riesgos de la hormiga de fuego son fundamentales para prevenir su expansión y minimizar sus efectos adversos.