Las pruebas de media maratón (21 km) y maratón completa (42 km) han ganado popularidad en los últimos años, atrayendo tanto a corredores aficionados como a profesionales. Participar en una maratón no solo representa un desafío físico, sino también un reto mental que puede potenciar la autoestima y la disciplina personal. Sin embargo, es fundamental abordar esta actividad con la preparación adecuada para evitar riesgos innecesarios.
La reciente noticia sobre el fallecimiento de un corredor de 38 años durante el Movistar Madrid Medio Maratón subraya la importancia de una preparación rigurosa. Especialistas en medicina, como el doctor José Luis Castilla, enfatizan la necesidad de realizar un chequeo cardiovascular antes de embarcarse en la aventura de correr una maratón. Este examen es crucial para descartar problemas que podrían derivar en situaciones de riesgo, como infartos o lesiones articulares.
La preparación física y la prevención médica son pilares fundamentales para garantizar una carrera segura. Antes de decidir participar en una maratón, es esencial someterse a una revisión médica que evalúe el estado del sistema cardiovascular y las articulaciones. Esto ayuda a identificar posibles riesgos, como artrosis o sobrecargas, que podrían afectar el rendimiento y la salud del corredor.
Además, la técnica de carrera es un aspecto que no debe pasarse por alto. Una pisada incorrecta o una postura deficiente pueden resultar en lesiones comunes, como esguinces o problemas de menisco. Por lo tanto, es recomendable recibir orientación sobre la técnica adecuada para minimizar el riesgo de lesiones.
La alimentación también juega un papel crucial en la preparación para una maratón. Según Elena Poto, nutricionista del Instituto Centta, la carga de hidratos de carbono el día anterior a la carrera es fundamental, especialmente si la prueba supera los 90 minutos. Esto permite llenar los depósitos de glucógeno y mejorar el rendimiento. El desayuno del día de la carrera debe realizarse al menos dos horas antes de la salida y debe ser bajo en fibra y grasas para facilitar la digestión, priorizando carbohidratos de rápida y lenta absorción.
Durante la competición, es vital mantenerse atento a las señales que el cuerpo envía. Síntomas como sudoración excesiva, mareos o palpitaciones son indicativos de que es necesario detenerse y evaluar la situación para evitar consecuencias graves. La recuperación tras cruzar la meta también requiere atención; es fundamental rehidratarse rápidamente, especialmente con líquidos que contengan electrolitos, y aplicar frío local para mitigar la inflamación muscular.
La nutrición no termina con la carrera. Después de finalizar, el cuerpo necesita reponer el glucógeno perdido y reparar los tejidos musculares. Se recomienda la ingesta de alimentos como frutas, arroz, batatas, pescado, huevos o pechuga de pollo, además de rehidratarse con electrolitos para recuperar las pérdidas por sudor.
La experiencia de correr una maratón puede ser profundamente transformadora, siempre que se aborde con responsabilidad y preparación. La combinación de un chequeo médico, una adecuada preparación física y una nutrición equilibrada son claves para disfrutar de esta disciplina de manera segura. Con el enfoque correcto, los corredores pueden no solo alcanzar la meta, sino también disfrutar del proceso y los beneficios que conlleva participar en una maratón.