En el ámbito de la alimentación saludable, a menudo se presta más atención a los superalimentos y a ingredientes exóticos que prometen beneficios extraordinarios. Sin embargo, hay alimentos más sencillos y accesibles que han sido valorados a lo largo de generaciones y que merecen un lugar destacado en nuestras dietas. Uno de estos alimentos es el requesón, un derivado lácteo que, a pesar de su apariencia discreta, ofrece un perfil nutricional impresionante y una versatilidad culinaria que lo convierte en un aliado ideal para quienes buscan mantener un estilo de vida equilibrado.
El requesón, conocido también como queso ricota en algunas regiones, es un producto lácteo bajo en grasa que destaca por su alto contenido en proteínas de alta calidad, especialmente caseína. Esta proteína se digiere lentamente, lo que proporciona una sensación de saciedad prolongada, convirtiéndolo en un excelente recurso para quienes desean controlar su peso o aumentar su masa muscular. Además, el requesón es rico en nutrientes esenciales como calcio, fósforo, vitamina B12 y riboflavina, que son fundamentales para el correcto funcionamiento del sistema óseo, neuromuscular y metabólico.
Un estudio reciente del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD) ha resaltado la importancia del requesón en la prevención de la sarcopenia, una condición caracterizada por la pérdida de masa muscular relacionada con la edad. Según el Dr. Heliodoro Alemán Mateo, uno de los investigadores del estudio, el requesón es una fuente significativa de proteínas y aminoácidos, además de ser bajo en grasa y reducido en lactosa, lo que lo convierte en un alimento ideal para mejorar la composición corporal y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
El requesón no solo es beneficioso desde el punto de vista nutricional, sino que también es un alimento extremadamente versátil. Su sabor neutro permite que se integre fácilmente en una amplia variedad de recetas, tanto dulces como saladas. En preparaciones dulces, se puede combinar con frutas frescas, miel o frutos secos, y es perfecto como relleno para crepes o tartas. En el ámbito salado, se mezcla bien con verduras asadas, puede servir como base para salsas ligeras o untarse sobre tostadas integrales con un toque de aceite de oliva y hierbas.
Una de las ventajas del requesón es que, al no requerir procesos de maduración, es más fácil de digerir que otros quesos curados. Esto lo convierte en una opción ideal para personas con digestiones sensibles o intolerancias leves a la lactosa. Incorporar requesón en la dieta diaria es una manera sencilla de añadir sabor, textura y salud a las comidas, sin renunciar al placer de comer.
Además de su versatilidad en la cocina, el requesón es un alimento económico y fácil de encontrar en la mayoría de los supermercados. Su popularidad ha ido en aumento en los últimos años, gracias a la creciente conciencia sobre la importancia de una alimentación saludable y equilibrada. Sin embargo, a pesar de su valor nutricional y su adaptabilidad, el requesón a menudo se pasa por alto en favor de otros productos lácteos más conocidos.
En resumen, el requesón es un alimento que merece ser redescubierto y valorado en nuestras mesas. Su perfil nutricional lo convierte en un aliado para la salud, mientras que su versatilidad en la cocina permite disfrutar de una amplia gama de platos deliciosos. Ya sea como parte de un desayuno energético, un almuerzo ligero o una cena reconfortante, el requesón tiene mucho que ofrecer a quienes buscan mejorar su alimentación sin complicaciones. Es hora de darle el protagonismo que merece y disfrutar de sus múltiples beneficios en nuestra dieta diaria.