La Organización Mundial del Comercio (OMC) ha emitido un informe alarmante sobre el futuro del comercio internacional, anticipando una caída del 0,2% en el comercio mundial debido a la guerra arancelaria iniciada por Estados Unidos. Este pronóstico es un ajuste significativo respecto a las expectativas anteriores, que preveían un crecimiento del 2,7%. La OMC también ha revisado a la baja sus proyecciones para el próximo año, reduciendo el crecimiento esperado del comercio global del 2,9% al 2,5%.
La directora general de la OMC, Ngozi Okonjo-Iweala, destacó que la incertidumbre generada por las políticas comerciales de Estados Unidos podría frenar el crecimiento global, afectando especialmente a las economías más vulnerables. El informe señala que el país más perjudicado será Estados Unidos, donde se prevé una contracción del 12,6% en las exportaciones, un cambio drástico desde la proyección de crecimiento del 2,2%.
En contraste, Asia, excluyendo Oriente Medio y los países de la antigua Unión Soviética, verá un leve descenso en sus exportaciones, que se espera que caigan un 1,7%, pero se recuperarán en 2026. Sudamérica y Europa también experimentarán ajustes en sus proyecciones, aunque en menor medida, con caídas de 0,6% y 1% respectivamente.
La guerra arancelaria, que se centra principalmente en las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China, está redirigiendo los flujos comerciales. Las exportaciones chinas a otras regiones están en aumento, lo que sugiere que, aunque el conflicto afecta a ambos países, China podría mitigar el impacto al diversificar sus mercados.
El informe de la OMC también advierte que si la guerra arancelaria se intensifica, con la inclusión de más países en el conflicto, el comercio mundial podría caer hasta un 1,5%. Esto tendría un efecto devastador en la economía global, reduciendo el PIB mundial en medio punto adicional.
La OMC estima que el comercio entre Estados Unidos y China podría caer hasta un 81%, y en un escenario extremo, hasta un 91%. Este desacoplamiento no solo afectará a las economías directamente involucradas, sino que también tendrá repercusiones en el comercio global, afectando a países que no están directamente implicados en la disputa.
La situación se complica aún más por el hecho de que las políticas comerciales de la administración de Trump son vistas con escepticismo por la OMC, que aboga por un comercio más libre y menos regulado. La posibilidad de que Estados Unidos abandone la OMC añade otra capa de incertidumbre a un panorama ya complicado.
En resumen, la guerra arancelaria entre Estados Unidos y China está teniendo un impacto significativo en el comercio global, con proyecciones de caída en las exportaciones y un efecto dominó que podría afectar a economías de todo el mundo. La OMC advierte que la incertidumbre persistente podría actuar como un freno para el crecimiento global, con consecuencias negativas especialmente para las economías más vulnerables.