La Semana Santa de Lorca, reconocida como fiesta de interés turístico internacional, se ha convertido en un evento que no solo celebra la tradición religiosa, sino que también refleja la identidad cultural de la región. Este año, el presidente de la Región de Murcia, Fernando López Miras, ha vuelto a encarnar al emperador romano Teodosio I en la emblemática procesión del Viernes Santo, un papel que ha desempeñado por segundo año consecutivo.
López Miras, miembro del Partido Popular, ha dirigido una cuadriga al galope, un símbolo de poder y autoridad que resuena con la historia del emperador que gobernó gran parte del imperio romano y promovió el cristianismo como religión oficial. Este acto no solo es un homenaje a la figura histórica, sino también una estrategia política que busca conectar con la población y resaltar la importancia de la Semana Santa en la cultura murciana.
El manto que López Miras ha lucido es una de las joyas del bordado lorquino, restaurado recientemente con el apoyo del Gobierno regional. Este manto de terciopelo granate, que data de 1935, presenta un medallón que representa el busto del dios Apolo, bordado en sedas de colores vibrantes y adornado con una cenefa de oro. La atención al detalle en la vestimenta del emperador refleja el compromiso de la región con la preservación de su patrimonio cultural.
A lo largo de los años, López Miras ha estado involucrado activamente en las festividades de Semana Santa, participando como portapasos del Cristo del Rescate durante más de dos décadas. Su conexión con la cofradía del Paso Blanco y la hermandad de La Curia, compuesta por profesionales del ámbito judicial, subraya su compromiso con las tradiciones locales.
La Semana Santa de Lorca es única en España, no solo por su riqueza cultural, sino también por su capacidad para atraer a turistas de diversas partes del mundo. López Miras ha destacado la importancia de estas festividades en la promoción del turismo en la región, señalando que la Semana Santa no solo representa la fe, sino también la identidad y la cultura de Murcia.
En este contexto, el presidente ha enfatizado que la Semana Santa es un momento en el que la ciudad de Murcia se convierte en un «museo andante», gracias a las obras del escultor Francisco Salzillo, cuyas creaciones son consideradas algunas de las más importantes en la historia del arte religioso. La procesión de los Salzillos es un evento destacado que atrae a miles de visitantes cada año, consolidando a la región como un destino turístico clave durante la Semana Santa.
Además de su papel en la procesión, López Miras ha subrayado que la Región de Murcia cuenta con seis festividades de Semana Santa que han sido declaradas de interés turístico internacional. Esto no solo resalta la diversidad de las celebraciones en la región, sino que también posiciona a Murcia como un actor principal en el ámbito turístico durante esta época del año.
La participación de figuras políticas en eventos culturales y religiosos no es un fenómeno nuevo, pero en el caso de López Miras, su encarnación del emperador romano Teodosio I añade una capa de complejidad a la relación entre política y tradición. Al asumir este papel, el presidente no solo rinde homenaje a la historia, sino que también busca fortalecer su conexión con la comunidad y resaltar la relevancia de la Semana Santa en la identidad regional.
En resumen, la Semana Santa de Lorca es un evento que trasciende lo religioso, convirtiéndose en un punto de encuentro entre la tradición, la cultura y la política. La figura de Fernando López Miras como emperador romano simboliza esta intersección, destacando la importancia de las festividades en la construcción de la identidad murciana y su papel en el turismo regional.