Los Oficiales de Complemento en Reserva de Especial Disponibilidad han comenzado a movilizarse para salir del «limbo» en el que se encuentran tras ser forzados a dejar las Fuerzas Armadas. Estos profesionales, que han dedicado años de servicio a la defensa del país, buscan un cambio en la legislación que les permita reincorporarse si así lo desean. La Asociación de Oficiales de Complemento de Especial Disponibilidad (ASORED) ha sido constituida para avanzar en estas demandas, argumentando que la reincorporación beneficiaría tanto a los reservistas como al Ministerio de Defensa, que podría recuperar a profesionales altamente cualificados y mitigar su déficit de oficiales.
La situación de estos reservistas es compleja. A pesar de ocupar vacantes fundamentales en las Fuerzas Armadas, su relación con el Ministerio de Defensa es temporal, lo que les obliga a encadenar compromisos sin interrupciones durante un máximo de 18 años de servicio o hasta los 45 años de edad. Salvador González, miembro de la Junta Directiva de ASORED, comparte su experiencia tras salir del Ejército a los 49 años, tras 18 años de servicio. Actualmente, trabaja como vigilante de seguridad y relata las dificultades que ha enfrentado para encontrar empleo en el sector civil, donde su experiencia no es reconocida.
González explica que, a pesar de haber obtenido un máster en dirección de seguridad privada, se ha encontrado con un mercado laboral que no valora su formación ni su experiencia. «Nos vemos muy desnudos», afirma, refiriéndose a la falta de homologación y certificación que les permita demostrar su valía en el ámbito civil. Además, menciona que la pensión que reciben es significativamente inferior a lo que podrían haber ganado si hubieran continuado en el Ejército.
La promoción a la condición de permanente en las Fuerzas Armadas se logra a través de oposiciones o promociones internas, pero González señala que las oportunidades son escasas. La falta de vacantes y el tiempo limitado para estudiar mientras se trabaja han dificultado que muchos reservistas puedan acceder a esta condición. Esto ha llevado a que muchos de ellos se sientan utilizados para cubrir necesidades coyunturales del Ejército, sin recibir el apoyo necesario al momento de su salida.
ASORED ha comenzado a dar pasos concretos para avanzar en sus demandas. Han mantenido reuniones con partidos políticos y han enviado escritos a la ministra de Defensa, Margarita Robles. También han contactado con jueces y fiscales interinos que enfrentan una situación similar, buscando apoyo y posibles vías de acción conjunta. La asociación ha solicitado un cambio en la Ley 17/1999, que regula el régimen del personal de las Fuerzas Armadas, para permitir que los reservistas en situación de desempleo puedan reincorporarse a las Fuerzas Armadas.
La necesidad de personal en las Fuerzas Armadas es un tema reconocido por el Ministerio de Defensa, que ha señalado la carencia de oficiales en varios informes. Actualmente, hay 7.732 reservistas de especial disponibilidad, y González argumenta que estos profesionales ya están formados y no requieren una actualización extensa, lo que representaría un ahorro significativo para el Ministerio al evitar los costos de formación de nuevos oficiales.
ASORED también ha planteado la posibilidad de que, si los reservistas deciden no reincorporarse, puedan pasar a la reserva activa con los años que han cotizado, permitiéndoles así continuar en el ámbito militar hasta la edad legal de jubilación. Esta propuesta busca ofrecer una salida digna a aquellos que han dedicado su vida al servicio militar.
La lucha de ASORED continúa, y sus miembros están decididos a hacer escuchar sus demandas. González concluye con una reflexión sobre su situación actual: «Mi hogar es mi primera patria ahora. Y en esa guerra no hay trinchera que me pare». La búsqueda de una solución para estos reservistas es un tema que no solo afecta a ellos, sino que también tiene implicaciones para la estructura y el funcionamiento de las Fuerzas Armadas en España.