Después de cuatro años de ausencia en el mercado, Champix, el medicamento de Pfizer para dejar de fumar, ha vuelto a estar disponible desde el 24 de marzo. Juan Antonio Riesco, un neumólogo experto en tabaquismo, ha compartido su perspectiva sobre este regreso y la situación del tabaquismo en la región de Extremadura.
La retirada de Champix fue inesperada. Según Riesco, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) decidió retirarlo tras detectar niveles de nitrosaminas por encima de lo permitido. Estas sustancias químicas, que también se encuentran en alimentos y en el tabaco, generaron preocupación, aunque el neumólogo considera que deberían aplicarse los mismos estándares de control a todos los productos, no solo a los medicamentos.
Con el regreso de Champix, Riesco destaca que el medicamento ha superado nuevamente los controles y que los niveles de nitrosaminas ahora están dentro de los márgenes aceptables. Para él, este fármaco representa una herramienta valiosa en el tratamiento del tabaquismo, ampliando las opciones terapéuticas disponibles para los fumadores.
Champix se distingue por ser el primer fármaco diseñado específicamente para tratar la adicción al tabaco. A diferencia de otros tratamientos, no contiene nicotina, pero actúa sobre los receptores nicotínicos del cerebro. Su mecanismo de acción es doble: evita que el fumador sienta placer al consumir tabaco y alivia los síntomas del síndrome de abstinencia. Riesco resalta que su eficacia ha sido respaldada por ensayos clínicos y experiencia clínica, posicionándolo como uno de los tratamientos más efectivos para dejar de fumar.
Aunque Champix es efectivo, también tiene efectos secundarios, siendo la intolerancia digestiva leve uno de los más comunes. Sin embargo, estos efectos suelen ser transitorios y no son motivo suficiente para interrumpir el tratamiento. Riesco menciona que, en estudios, Champix ha demostrado tener una tasa de éxito de hasta el 45% en la cesación del tabaquismo, aunque la efectividad puede variar según el paciente.
La predisposición del individuo a dejar de fumar es un factor crucial en el éxito del tratamiento. Riesco enfatiza la importancia de la motivación y la necesidad de estrategias terapéuticas personalizadas que fomenten el cumplimiento del tratamiento. Además, sugiere que el tratamiento farmacológico debe complementarse con apoyo psicológico o conductual, lo que aumenta considerablemente las probabilidades de éxito.
En cuanto a su participación en la investigación de Champix, Riesco ha estado involucrado en ensayos clínicos significativos, como el estudio Eagles, que evaluó la seguridad del fármaco en una amplia población de pacientes. La investigación es fundamental para el desarrollo de tratamientos efectivos y para la formación de profesionales en el campo de la neumología.
El tabaquismo sigue siendo un desafío de salud pública en España, con una prevalencia que ronda el 26%. En Extremadura, las cifras son alarmantes, superando la media nacional. Riesco atribuye esta situación a varios factores, incluyendo una población envejecida, la falta de programas de prevención efectivos y la producción local de tabaco, que influye en la percepción y el consumo del mismo.
Como director de proyectos en tabaquismo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica, Riesco considera que no se está haciendo lo suficiente para combatir esta adicción. La aparición de nuevos productos, como los vapers, presenta un reto adicional, ya que muchos jóvenes creen erróneamente que son menos dañinos. Riesco advierte que se requieren estrategias más contundentes para regular estos productos y mejorar las cifras de tabaquismo.
En relación a Champix y su papel frente a los nuevos dispositivos de consumo de nicotina, Riesco señala que, aunque podría ser eficaz, la falta de estudios concluyentes limita su aplicación. Finalmente, su mensaje a los fumadores es claro: dejar de fumar es la decisión más saludable que pueden tomar en cualquier momento de sus vidas.