La reciente muerte del Papa Francisco ha suscitado una serie de reacciones en el ámbito político español, especialmente entre las fuerzas de izquierda, donde la competencia entre Sumar y Podemos se ha intensificado. Este evento ha puesto de manifiesto las diferencias ideológicas y estratégicas entre ambas formaciones, que buscan consolidar su base electoral en un contexto de creciente polarización.
La figura del Papa Francisco ha sido históricamente valorada por su enfoque en temas sociales y su defensa de la justicia, lo que ha llevado a Yolanda Díaz, líder de Sumar y actual vicepresidenta segunda del Gobierno, a expresar su admiración por el Pontífice. Díaz ha destacado su papel como embajador del trabajo decente y la paz, enfatizando que su legado perdurará en la lucha por un mundo mejor. En un mensaje publicado en la red social Bluesky, la vicepresidenta subrayó: «El papa Francisco ha sido un gran embajador del trabajo decente, de la paz y de la justicia social. Utilizó su posición para impulsar un mundo mejor». Este tipo de declaraciones refuerzan la imagen de Sumar como un partido que busca conectar con los valores progresistas y humanitarios que el Papa promovió durante su papado.
Por otro lado, la reacción de Podemos ha sido notablemente más fría y crítica. La secretaria general del partido, Ione Belarra, se limitó a desear que «la tierra le sea leve al Papa Francisco», pero acompañó su mensaje con un pasaje bíblico que insinuaba una crítica más profunda a la institución católica. La postura de Podemos se ha centrado en resaltar las complicidades de la Iglesia con estructuras de poder y desigualdad, posicionándose como un partido que no teme desafiar las instituciones tradicionales. Irene Montero, candidata de Podemos a las elecciones generales, afirmó que «el Papa Francisco hizo algo poco frecuente: usó su poder contra la desigualdad, el genocidio, por la paz», pero también criticó la complicidad de la Iglesia con los «dueños del mundo». Esta dualidad en el discurso de Podemos refleja su estrategia de diferenciarse de Sumar, al tiempo que busca atraer a un electorado más radical y crítico con la religión.
La divergencia en las reacciones no solo se limita a las palabras, sino que también se refleja en las encuestas de intención de voto. Según datos recientes, Podemos es el partido con menor apoyo entre los católicos practicantes, con solo un 0,4% de intención de voto, mientras que Sumar alcanza un 1,5%. Esta diferencia indica que, a pesar de las críticas a la Iglesia, Podemos sigue buscando su nicho entre los votantes que se identifican como ateos o que rechazan la religión organizada. En este sentido, la estrategia de Podemos parece centrarse en reforzar su perfil anticlerical, apelando a una base de votantes que se siente desconectada de las instituciones tradicionales.
Además, la reciente reivindicación del comunismo clásico por parte de Podemos, en un intento de volver a sus raíces históricas, también se enmarca en esta lucha por la identidad política. Al hacerlo, el partido busca atraer a aquellos que se sienten atraídos por una narrativa más radical y que cuestionan el status quo. Esta estrategia podría ser vista como un intento de recuperar el terreno perdido frente a Sumar, que ha logrado posicionarse como una alternativa más moderada y conciliadora en el espectro político.
La muerte del Papa Francisco ha abierto un nuevo capítulo en la narrativa política de la izquierda española, donde la lucha por la identidad y el apoyo electoral se intensifica. Mientras Sumar busca consolidar su imagen como un partido de valores progresistas y humanitarios, Podemos parece decidido a mantener su postura crítica y desafiante frente a las instituciones tradicionales. Esta dinámica no solo refleja las tensiones internas de la izquierda, sino que también plantea preguntas sobre el futuro de la política en España y la capacidad de estas formaciones para atraer a un electorado diverso en un contexto de creciente polarización y descontento social.
En este escenario, las redes sociales juegan un papel crucial en la difusión de estos mensajes y en la construcción de la narrativa política. Ambas formaciones han utilizado plataformas como Bluesky, X (anteriormente Twitter) y Facebook para comunicar sus posturas y conectar con sus bases. La forma en que cada partido maneje su discurso en torno a la figura del Papa Francisco y su legado podría tener un impacto significativo en su capacidad para movilizar a los votantes en las próximas elecciones. La polarización entre Sumar y Podemos, acentuada por la muerte del Papa, es un reflejo de las tensiones más amplias en la política española, donde la búsqueda de identidad y la lucha por el poder continúan siendo temas centrales.