La Plaza de San Pedro en El Vaticano se convirtió en el escenario de uno de los eventos más significativos de la última década: el funeral del Papa Francisco. La ceremonia, que tuvo lugar tras la muerte del Pontífice el pasado lunes, reunió a líderes mundiales y personalidades de diversas naciones, quienes acudieron a rendir homenaje a un hombre que dejó una huella indeleble en la historia de la Iglesia Católica y en el mundo.
La muerte de Jorge Bergoglio, quien había estado lidiando con problemas de salud en los últimos meses, fue un momento de gran tristeza para muchos. Su fallecimiento se produjo en su residencia en Santa Marta, donde había estado recibiendo tratamiento por complicaciones pulmonares. A pesar de su debilitada salud, el Papa había preparado su funeral con antelación, optando por una ceremonia sencilla y austera, en línea con su estilo de vida y su mensaje de humildad.
**La Llegada de los Reyes y Otros Líderes**
Los Reyes de España, Felipe VI y Letizia, llegaron a primera hora de la mañana a la Plaza de San Pedro, vestidos de luto, como es tradición en estos eventos. Junto a ellos, otros líderes políticos, como Alberto Núñez Feijóo, Yolanda Díaz y María Jesús Montero, representaron a la delegación española. La presencia de figuras como Donald y Melania Trump, el príncipe Guillermo y Carlos III, así como los reyes de Bélgica y Noruega, subrayó la importancia del evento.
La relación cercana que los Reyes de España mantenían con el Papa Francisco se hizo evidente en su visita a la capilla ardiente antes del funeral. Felipe y Letizia recordaron su primer viaje a El Vaticano en 2014, donde tuvieron la oportunidad de conversar con el Pontífice sobre diversos temas. Esta conexión personal hizo que su asistencia al funeral fuera aún más significativa.
**El Protocolo y la Etiqueta en el Funeral**
Uno de los aspectos más comentados del funeral fue la etiqueta que se siguió durante la ceremonia. La Reina Letizia, en particular, tuvo que adherirse a las estrictas normas de protocolo del Vaticano, que dictan que las reinas católicas deben vestir de negro en funerales. A diferencia de su primera visita al Papa, donde optó por un traje claro, esta vez eligió un atuendo negro, complementado con una mantilla, en señal de respeto.
El funeral comenzó con una misa, seguida de la inhumación y un recorrido del féretro por las calles de El Vaticano. La ceremonia fue organizada de manera que reflejara la sencillez que caracterizaba al Papa Francisco. Se utilizó un solo féretro, hecho de madera y zinc, en lugar de los tres que se emplean en ocasiones anteriores, lo que evidenció su deseo de evitar el lujo y la ostentación.
El Camarlengo fue el encargado de abrir la ceremonia, seguido por el maestro de celebraciones, quien recordó la vida y obra del Papa. Durante la misa, se cantaron salmos y se ofrecieron oraciones, en un ambiente de solemnidad y respeto. La Plaza de San Pedro, adornada para la ocasión, se llenó de fieles y dignatarios que querían rendir homenaje al líder espiritual.
La atención a los detalles fue evidente en cada aspecto del evento, desde la vestimenta de los asistentes hasta la disposición del cortejo fúnebre. La Reina Letizia, al igual que otros dignatarios, mostró su pesar y respeto, lo que fue ampliamente comentado en las redes sociales.
El funeral del Papa Francisco no solo fue un evento religioso, sino también un momento de reflexión sobre su legado y su impacto en el mundo. Su enfoque en la humildad, la paz y la justicia social resonó en las palabras de quienes hablaron en su honor. La ceremonia fue un recordatorio de la importancia de su mensaje y de la necesidad de continuar su trabajo en favor de los más necesitados.
A medida que el mundo se despide de Francisco, su legado perdurará en las enseñanzas que dejó y en la forma en que tocó la vida de millones de personas. Su funeral, aunque austero, fue un testimonio de la grandeza de su espíritu y de la profunda conexión que estableció con aquellos que lo rodearon durante su vida.