La situación política en Argentina se ha visto sacudida por el escándalo conocido como «criptogate», que involucra al presidente Javier Milei y a su círculo cercano. Este escándalo ha generado un intenso debate en el Congreso, donde el jefe de ministros, Guillermo Francos, ha sido interpelado en varias ocasiones sobre las acusaciones que rodean a la administración actual. La controversia se centra en la supuesta estafa relacionada con la criptomoneda $LIBRA, que ha afectado a miles de ahorristas y ha puesto en tela de juicio la integridad del gobierno.
La crítica más contundente proviene de la oposición, que ha señalado las contradicciones en las declaraciones de Francos. En un momento, el jefe de ministros afirmó que Milei no tenía vínculos con el proyecto de $LIBRA, pero posteriormente admitió que el presidente había mantenido reuniones con empresarios del sector de las criptomonedas. Estas reuniones, que se llevaron a cabo entre septiembre de 2024 y enero de 2025, han sido catalogadas como fundamentales para entender el desarrollo del escándalo. Entre los empresarios mencionados se encuentran figuras como Mauricio Novelli y Hayden Davis, quienes han estado en el centro de la controversia.
El escándalo se intensificó cuando se reveló que Milei había tuiteado sobre $LIBRA apenas 22 segundos después de que se creara el código que activó la criptomoneda. Este hecho ha llevado a la oposición a cuestionar la transparencia y la ética del presidente. La diputada Sabrina Selva fue una de las voces más críticas, exigiendo respuestas sobre cómo Milei obtuvo información privilegiada sobre el contrato de la criptomoneda. A pesar de las preguntas directas, Francos se mostró evasivo y no proporcionó respuestas concretas, lo que ha alimentado aún más las sospechas sobre la implicación de Milei en el escándalo.
La defensa de Francos hacia Milei ha sido feroz, pero también ha sido objeto de críticas. La diputada de centroderecha Margarita Stolbizer destacó la degradación política y moral que representa la situación actual, señalando que el propio jefe de gabinete, que defiende al presidente, formó parte de un gobierno anterior que también enfrentó acusaciones de corrupción. Esta dinámica ha llevado a un clima de desconfianza y tensión en el Congreso, donde los legisladores de la oposición han exigido una investigación exhaustiva sobre el caso.
Mientras tanto, se ha formado una comisión investigadora para abordar el escándalo del criptogate. Sin embargo, la creación de esta comisión no ha estado exenta de conflictos internos. Uno de los puntos de discordia es quién presidirá la comisión, con el oficialismo intentando colocar a una diputada involucrada en un caso de estafa en un puesto clave. Esta situación ha generado críticas sobre la capacidad del gobierno para manejar la crisis y ha puesto en duda su compromiso con la transparencia.
El escándalo del criptogate no solo ha afectado la imagen de Milei, sino que también ha tenido repercusiones en la opinión pública. Las encuestas han mostrado un descenso en la popularidad del presidente, lo que podría tener implicaciones en futuras elecciones. La percepción de corrupción y falta de transparencia ha llevado a muchos ciudadanos a cuestionar la legitimidad del gobierno y su capacidad para gobernar de manera efectiva.
A medida que avanza la investigación, la presión sobre el gobierno de Milei continúa aumentando. La oposición ha prometido seguir exigiendo respuestas y ha instado a la ciudadanía a mantenerse informada sobre el desarrollo de este escándalo. La situación actual refleja un momento crítico en la política argentina, donde la confianza en las instituciones y en los líderes está en juego. La resolución del criptogate podría marcar un punto de inflexión en la administración de Milei y en la política del país en general.