La gestación subrogada, una práctica que ha generado intensos debates en España, se enfrenta a nuevos obstáculos legales tras la reciente instrucción del Ministerio de Justicia. Esta normativa complica la regularización de los niños nacidos a través de vientres de alquiler en el extranjero, lo que ha llevado a muchas parejas y personas solteras a buscar alternativas en otros países donde esta práctica es legal. Desde 2006, la ley española prohíbe la gestación subrogada, argumentando que puede ser una forma de explotación, especialmente para mujeres en situaciones de vulnerabilidad económica.
La reciente instrucción, que entró en vigor el 2 de mayo de 2025, ha frustrado la posibilidad de utilizar el exequatur, un mecanismo legal que permitía validar resoluciones judiciales extranjeras en España. Esto ha dejado a muchos padres en una situación complicada, ya que la inscripción de sus hijos en el Registro Civil se ha vuelto más difícil. Sin embargo, aún existen vías para registrar a los menores, como la determinación de la filiación a través de pruebas de ADN o mediante la adopción.
### La Realidad de la Filiación y la Adopción
María Luisa Bautista, abogada especializada en estos casos, destaca que la realidad a menudo contradice lo que establece la ley. Muchos padres que optan por la gestación subrogada en países como Estados Unidos, México o Canadá, donde esta práctica es legal, se ven obligados a buscar soluciones alternativas para regularizar la situación de sus hijos en España. La nueva instrucción afecta principalmente a los nacimientos en estos países, donde los contratos de gestación subrogada son válidos y reconocidos por la ley local.
Para aquellos que han recurrido a la gestación subrogada, el proceso de inscripción en el Registro Civil se ha vuelto más complicado desde 2019. Muchos bebés llegan a España con pasaportes de sus países de origen y visados de corta estancia. Una vez en el país, los padres presentan demandas de filiación, que requieren pruebas de ADN realizadas en España para demostrar el vínculo biológico. Sin embargo, la ley establece que la madre biológica es solo aquella que da a luz, lo que significa que las madres que optan por la gestación subrogada deben recurrir a la adopción para ser reconocidas legalmente como tales.
A pesar de las restricciones, los despachos de abogados han encontrado formas de sortear estas dificultades. En casos donde no hay un vínculo biológico, se utilizan procedimientos de extranjería para regularizar la situación de los niños, empadronándolos con los «padres de intención» y tramitando su residencia con la esperanza de que, con el tiempo, puedan obtener la nacionalidad española.
### Jurisprudencia y Cambios en la Legislación
La jurisprudencia ha jugado un papel crucial en la evolución de la gestación subrogada en España. En diciembre de 2024, el Tribunal Supremo estableció que los contratos de gestación subrogada reconocidos en sentencias extranjeras son contrarios al orden público, ya que consideran que tratan a la mujer y al menor como «cosas susceptibles de comercio». Esta decisión ha generado un gran debate, especialmente entre sectores feministas que argumentan que la gestación subrogada perpetúa la explotación de las mujeres.
Sin embargo, en septiembre de 2024, el mismo tribunal había tomado una decisión que permitía a los padres de niños nacidos por vientre de alquiler modificar el Registro Civil para incluir el domicilio familiar como lugar de nacimiento. Esta medida fue criticada por muchos, incluyendo a la ministra de Igualdad, quien afirmó que se estaba «blanqueando la violencia contra las mujeres». Este tipo de decisiones judiciales refleja la complejidad del tema y la necesidad de un marco legal más claro y justo.
La situación actual de la gestación subrogada en España es un reflejo de las tensiones entre los derechos reproductivos, la ética y la legislación. A medida que más personas buscan alternativas para formar familias, es probable que el debate sobre la gestación subrogada continúe evolucionando, impulsando cambios en la legislación y en la percepción social de esta práctica. Las parejas que optan por la gestación subrogada deben navegar un laberinto legal que no solo afecta su capacidad para registrar a sus hijos, sino que también plantea preguntas más amplias sobre la justicia y la equidad en el acceso a la paternidad.