La reciente investigación sobre la gestión de la Dana en la Comunidad Valenciana ha puesto de relieve la complejidad de la predicción meteorológica y la toma de decisiones en situaciones de emergencia. El jefe de Climatología de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), José Ángel Núñez, ha defendido ante la jueza que los avisos emitidos el 29 de octubre fueron adecuados para que la Generalitat pudiera actuar. Sin embargo, la situación se complicó debido a la falta de información precisa y a la percepción pública de la gravedad del evento.
### La Cronología de los Avisos Meteorológicos
La historia comienza una semana antes de la llegada de la Dana, cuando Aemet comenzó a emitir avisos sobre la formación de este fenómeno meteorológico. Según Núñez, los primeros indicios de lluvias intensas se dieron el lunes 21 de octubre, y a partir del 27 ya se advertía en redes sociales sobre la posibilidad de inundaciones. El término «gota fría» se utilizó para facilitar la comprensión del riesgo por parte de la población. El día crítico, el martes 29, se activó el aviso rojo, que indicaba que se preveía que las precipitaciones superarían los 180 litros por metro cuadrado en un corto periodo de tiempo.
A pesar de los avisos, la percepción de la gravedad de la situación fue cuestionada. Núñez mencionó que la intervención del presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, a mediodía fue «tranquilizadora» en un momento en que ya había datos alarmantes sobre carreteras paralizadas y evacuaciones. Esta discrepancia entre la información técnica y la comunicación pública generó confusión y desconfianza entre los ciudadanos.
La falta de liderazgo y la desconexión entre las agencias estatales también fueron temas destacados en la comparecencia de Núñez. Durante la tarde del 29 de octubre, el Cecopi, el centro de coordinación de emergencias, se desconectó en dos ocasiones, lo que generó preocupación sobre la capacidad de respuesta ante la crisis. A pesar de las advertencias de que la situación era crítica, la comunicación entre Aemet y las autoridades locales no fue lo suficientemente efectiva para prevenir desastres mayores.
### La Responsabilidad en la Gestión de Emergencias
La gestión de riesgos en situaciones meteorológicas extremas es un tema complejo que involucra múltiples factores. Núñez enfatizó que la evaluación del riesgo no se basa en cantidades exactas, sino en probabilidades y umbrales. Sin embargo, la vicepresidenta Susana Camarero ha criticado a Aemet por no haber proporcionado información más precisa, señalando que se habían hecho predicciones de 180 litros cuando, en realidad, cayeron hasta 900 litros en algunas áreas.
La falta de actas y grabaciones del Cecopi ha dificultado la reconstrucción de los eventos de esa tarde. A pesar de las advertencias de Núñez sobre la posibilidad de desbordamientos y la necesidad de evacuar ciertas áreas, la respuesta de las autoridades fue considerada insuficiente. La situación se tornó crítica cuando se reportaron personas atrapadas y el caudal del río Júcar comenzó a aumentar significativamente.
La comunicación constante entre Aemet y Emergencias fue un aspecto positivo, pero la falta de acción inmediata ante la gravedad de la situación ha sido objeto de críticas. Núñez, en sus mensajes de WhatsApp, advirtió sobre la necesidad de un confinamiento masivo para evitar desplazamientos innecesarios, pero estas recomendaciones no fueron implementadas a tiempo.
La investigación en curso busca esclarecer las responsabilidades y mejorar la coordinación entre las diferentes agencias en futuras emergencias. La experiencia de la Dana ha puesto de manifiesto la importancia de una comunicación clara y efectiva, así como la necesidad de protocolos más robustos para la gestión de crisis. La población necesita confiar en que las autoridades están preparadas para actuar de manera rápida y eficiente ante situaciones de riesgo, y esto solo se logrará a través de una mejor preparación y una evaluación más precisa de los riesgos asociados a fenómenos meteorológicos extremos.