La coalición Sumar, liderada por Yolanda Díaz, se enfrenta a una de sus crisis más profundas desde su creación. En un contexto donde la unidad parecía ser la clave para aglutinar a diversas fuerzas de izquierda, la realidad actual muestra un panorama de descomposición y desconfianza entre sus miembros. La reciente decisión de Compromís de evaluar su permanencia en Sumar ha encendido las alarmas sobre la viabilidad de esta alianza, que en su momento prometía ser un referente en la política española.
La situación se ha deteriorado notablemente desde que Sumar se presentó como un paraguas que unía a 15 partidos en las elecciones generales de 2023. Sin embargo, la ruptura con Podemos y la salida de otros aliados han dejado a Yolanda Díaz en una posición precaria. La coalición, que alguna vez fue vista como una fuerza emergente, ahora se enfrenta a la posibilidad de perder a Compromís, lo que podría tener consecuencias devastadoras para su futuro político.
### La Ruptura con Podemos y sus Consecuencias
La ruptura con Podemos, que ocurrió hace aproximadamente un año y medio, marcó un punto de inflexión en la historia de Sumar. La salida de este partido, que fue uno de los pilares fundamentales de la coalición, dejó un vacío que ha sido difícil de llenar. Desde entonces, Sumar ha sido objeto de críticas por su falta de dirección y cohesión interna. La acusación de transfuguismo lanzada por Sumar hacia Podemos refleja la tensión existente entre estas dos fuerzas, que alguna vez fueron aliadas.
La situación se complicó aún más con la salida de Drago Canarias, un partido que también decidió romper con Sumar debido a lo que consideraron dinámicas centralistas. Esta crítica resuena ahora en el seno de Compromís, que ha expresado su descontento con la forma en que Sumar ha manejado las relaciones con las fuerzas territoriales. La falta de respeto hacia estas formaciones ha sido un tema recurrente en las discusiones internas, y la reciente negativa de Sumar a permitir que Compromís llame a comparecer al presidente del Gobierno en una comisión ha sido el detonante de la crisis actual.
La percepción de que Sumar ha adoptado una postura centralista ha llevado a Compromís a cuestionar su continuidad en la coalición. La decisión de este partido de evaluar su permanencia en el grupo parlamentario de Yolanda Díaz podría abrir la puerta a otras formaciones territoriales que también están reconsiderando su relación con Sumar. La posibilidad de que Compromís se sume al grupo mixto, como hizo Podemos, es un escenario que podría materializarse si las tensiones no se resuelven.
### La Búsqueda de Nuevas Alianzas y el Futuro de Sumar
En medio de esta crisis, Yolanda Díaz se encuentra en una encrucijada. Su liderazgo, que alguna vez fue fuerte y carismático, ahora se ve amenazado por la desconfianza de sus aliados. La necesidad de recomponer relaciones con los partidos que aún permanecen en Sumar es urgente, pero la tarea no será fácil. La salida de figuras clave como Íñigo Errejón y otros líderes ha dejado un vacío que ha debilitado aún más la estructura de la coalición.
La situación actual plantea interrogantes sobre el futuro de Sumar y su capacidad para presentarse como una alternativa viable en las próximas elecciones. La percepción de que Sumar es un lastre para algunos de sus aliados, como ha señalado Compromís, podría tener un costo electoral significativo. La presión para mantener la estabilidad del Gobierno y la necesidad de evitar un desgaste mayor son factores que complican aún más la situación.
La falta de un plan claro y la incertidumbre sobre la dirección que tomará Sumar en los próximos meses son preocupaciones que resuenan entre sus miembros. La presión para que Yolanda Díaz asuma un papel más activo en la reconstrucción de la coalición es palpable, pero la falta de claridad sobre su futuro político y su disposición a liderar nuevamente plantea dudas sobre la viabilidad de Sumar como una fuerza unificada.
En este contexto, la relación de Sumar con Izquierda Unida y otros aliados también se ha visto afectada. La crisis con IU, que ha cuestionado el liderazgo de Díaz, ha llevado a una mayor fragmentación en la izquierda. La percepción de que Sumar es un cascarón vacío que depende de las iniciativas de otros partidos es una crítica que ha ganado fuerza en los últimos meses.
La situación es crítica, y la presión sobre Yolanda Díaz para que tome decisiones decisivas es cada vez mayor. La posibilidad de que otros partidos sigan el ejemplo de Compromís y se alejen de Sumar es un escenario que podría marcar el final de la coalición tal como la conocemos. La falta de liderazgo y la fragmentación interna son desafíos que Yolanda Díaz deberá enfrentar si desea mantener a Sumar como una fuerza relevante en la política española.