El secretario general del PSOE y presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha lanzado un reto a los barones y voces críticas dentro de su partido, instándolos a medir fuerzas en el próximo comité federal que se llevará a cabo el 5 de julio en Madrid. Durante una reciente rueda de prensa en la sede del PSOE en Ferraz, Sánchez reconoció que hay compañeros que están planteando opciones distintas y los animó a que expresen sus opiniones en los órganos internos de la organización. «La crítica siempre será bienvenida», afirmó, refiriéndose a las inquietudes que han surgido en torno a su gestión, especialmente en relación con el caso de Santos Cerdán, quien recientemente dimitió de su puesto como secretario de Organización.
La situación actual del PSOE es tensa, ya que el partido enfrenta un creciente descontento interno. Fuentes cercanas a Sánchez han indicado que el comité federal podría ser el escenario donde se discuta incluso su destitución, lo que refleja el distanciamiento de algunos dirigentes regionales, más allá de las críticas habituales de Emiliano García-Page. En este contexto, el presidente del Gobierno ha decidido adoptar una postura de confrontación, tanto con sus críticos internos como con la oposición, retando a ambos a presentar mociones de censura si consideran que su gestión es insostenible.
Sánchez ha admitido que ha perdido la mayoría social y ha dejado claro que su intención es resistir hasta 2027, argumentando que entregar el país a partidos como el PP y Vox sería una irresponsabilidad. Este enfoque de todo o nada también se refleja en su defensa de las herramientas democráticas, tanto en el ámbito interno del partido como en el Parlamento. En su discurso, enfatizó que el PSOE es una organización con democracia interna que garantiza la autonomía en la toma de decisiones, recordando el sistema de primarias que se implementó durante la época de Alfredo Pérez Rubalcaba.
La próxima reunión del comité federal no solo será crucial para evaluar la situación de Sánchez, sino también para elegir al sustituto de Santos Cerdán y discutir medidas de control y regeneración interna en respuesta a los recientes escándalos de corrupción. A medida que se intensifican las dudas sobre su liderazgo, algunos dirigentes autonómicos han solicitado un adelanto de elecciones, temiendo que la crisis política afecte negativamente sus posibilidades electorales.
En este contexto, Sánchez ha decidido comparecer en el Congreso para abordar la presunta trama de corrupción que ha salpicado al partido, incluyendo a figuras como José Luis Ábalos y su asesor Koldo García. Esta comparecencia, que se espera para julio, ha sido solicitada incluso por sus socios de investidura y se centrará en la crisis de corrupción que ha afectado al PSOE y al Gobierno. El Gabinete del presidente está trabajando para encontrar una fecha adecuada, preferiblemente antes del comité federal, para abordar estas preocupaciones de manera proactiva.
Sánchez ha calificado los audios revelados por la UCO como comportamientos «incompatibles con esta organización» y ha pedido disculpas, aunque también ha defendido los avances en materia de regeneración que se han logrado en los últimos años. A pesar de los escándalos, ha insistido en que lo que antes se encubría ahora se persigue y se castiga, aunque reconoce que aún queda trabajo por hacer en la lucha contra la corrupción.
Además, ha desafiado al PP a que se autoexija lo mismo que él exige a su partido, sugiriendo que si están tan seguros de su posición, deberían presentar una moción de censura. Esta retórica de confrontación no solo busca desviar la atención de los problemas internos del PSOE, sino también posicionar al partido como un defensor de la ética y la transparencia en la política española.
La situación del PSOE es un reflejo de las tensiones internas que pueden surgir en cualquier organización política, especialmente en momentos de crisis. La capacidad de Sánchez para manejar estas críticas y mantener la cohesión dentro del partido será fundamental para su futuro y el de su administración. A medida que se acerca el comité federal, todos los ojos estarán puestos en cómo se desarrollan los acontecimientos y si Sánchez podrá consolidar su liderazgo o si, por el contrario, se verá obligado a enfrentar un desafío significativo desde dentro de su propio partido.