Mario Conde, una figura emblemática del panorama empresarial español, se encuentra en un momento de transformación personal y profesional. A sus 76 años, el exbanquero está inmerso en la reforma de su nuevo hogar en Sevilla, donde planea mudarse junto a su pareja, María José Castellví. Este cambio de residencia no solo representa un nuevo capítulo en su vida, sino que también refleja su conexión con la tierra y la cultura andaluza.
### Un Nuevo Comienzo en Sevilla
La mudanza de Mario Conde a su nuevo piso en el centro de Sevilla es un paso significativo. La propiedad, que cuenta con tres plantas y un ático con terraza, está situada en una zona cultural rica en historia y tradiciones. Este nuevo hogar será un punto de encuentro para Conde y su pareja, quienes buscan disfrutar de la vida urbana mientras mantienen un vínculo con la naturaleza.
Sin embargo, hasta que la mudanza se haga efectiva, Conde seguirá disfrutando de su finca en las afueras de Sevilla, conocida como Los Carrizos. Esta propiedad, que adquirió en 1989, se ha convertido en un refugio personal y un símbolo de su legado familiar. Ubicada en Castilblanco de los Arroyos, cerca del embalse de Melonares, la finca se extiende por 3.000 hectáreas de olivos y jardines, ofreciendo un entorno idílico para la tranquilidad y el esparcimiento.
La vida de Mario Conde ha estado marcada por constantes cambios y desafíos. Nacido en Pontevedra y criado en diversas ciudades de España, ha encontrado en Sevilla un lugar al que siempre regresa. Su finca, Los Carrizos, no solo es un espacio de descanso, sino también un lugar donde ha cultivado recuerdos y relaciones a lo largo de los años. En la década de los 90, Conde era conocido por ser un excelente anfitrión, organizando fiestas y eventos que reunían a la élite andaluza y a miembros de la realeza europea.
### Los Carrizos: Un Legado Familiar
La finca Los Carrizos es mucho más que una simple propiedad; es un legado familiar que ha resistido la prueba del tiempo. Aunque oficialmente pertenece a sus hijos, Mario y Alejandra, la finca ha sido un refugio para Conde durante sus momentos más difíciles, incluyendo sus tres encarcelamientos en los años 90 y principios de los 2000. Durante esos períodos, sus hijos gestionaron la propiedad, organizando eventos y celebraciones que mantuvieron viva la tradición familiar.
La construcción principal de Los Carrizos es una casa señorial diseñada por el propio Conde, que cuenta con diez habitaciones y una piscina exterior. Uno de los elementos más emblemáticos de la casa es la histórica mesa del consejo de administración de Banesto, que Conde decidió colocar en su hogar, convirtiéndola en un atractivo turístico y un símbolo de su historia personal.
Además de ser un lugar de descanso, la finca ha sido transformada en un espacio productivo. La familia Conde ha cultivado olivares en la propiedad, produciendo y comercializando su propio aceite de oliva virgen extra. Este enfoque en la agricultura sostenible no solo ha contribuido a la economía familiar, sino que también ha permitido a Conde mantener un estilo de vida conectado con la tierra.
La finca ha sido escenario de eventos memorables, incluyendo la boda de su hija Alejandra, quien se casó en Los Carrizos en 2004. Este tipo de celebraciones han reforzado el vínculo de la familia con la propiedad, convirtiéndola en un lugar de encuentro y celebración.
A pesar de su notoriedad, Mario Conde ha sido cuidadoso en proteger su vida privada y la de sus seres queridos. La finca, rodeada de jardines y naturaleza, ofrece un refugio seguro lejos de la atención mediática. A través de las redes sociales, la familia ha compartido momentos especiales y actividades cinegéticas, aunque han mantenido un enfoque en la discreción y el respeto por la privacidad de sus invitados.
La vida de Mario Conde es un reflejo de la complejidad de su trayectoria, marcada por éxitos y fracasos. Su conexión con Sevilla y su finca Los Carrizos simbolizan un regreso a sus raíces y un compromiso con la familia y la tradición. A medida que se prepara para este nuevo capítulo junto a María José Castellví, Conde continúa siendo una figura fascinante en el panorama español, con una historia que sigue evolucionando.