El verano de 2025 ha sido un periodo especialmente doloroso para Brigitte Macron, la primera dama de Francia. En un lapso de solo dos semanas, ha enfrentado la trágica pérdida de su hermana mayor, Anne-Marie Trogneux, y de su sobrina, Christine Hacquin. Ambas figuras eran fundamentales en su vida, y su fallecimiento ha sumido a Brigitte en un profundo duelo, que ha manejado con discreción y fortaleza, manteniendo al mismo tiempo su compromiso con el deber institucional.
La primera tragedia ocurrió el 2 de julio, cuando se confirmó el fallecimiento de Anne-Marie Trogneux, quien contaba con 92 años y residía en Amiens, la ciudad natal de la familia. Aunque no se dieron a conocer muchos detalles sobre su salud, se sabe que su deterioro había sido progresivo. Brigitte, visiblemente afectada, asistió al funeral en la iglesia de Saint-Martin d’Amiens, donde se llevó a cabo una ceremonia íntima con la presencia de familiares cercanos. Anne-Marie fue enterrada en el cementerio de Saint-Acheul, junto a otros miembros de la familia Trogneux, reconocida en la región por su tradición pastelera.
A pesar del dolor que sentía, Brigitte Macron no se permitió detener su agenda oficial. Entre el 8 y el 10 de julio, participó en un viaje de Estado al Reino Unido, donde acompañó al presidente Emmanuel Macron en actos con la familia real británica. Algunos medios británicos describieron su comportamiento como «distante», sin conocer el profundo sufrimiento que había experimentado al enterrar a su hermana.
El segundo golpe llegó rápidamente. El 19 de julio, Christine Hacquin, la hija de Anne-Marie y sobrina de Brigitte, falleció a los 68 años tras una larga lucha contra una enfermedad grave. Aunque los detalles sobre su estado de salud no fueron ampliamente divulgados, la familia estaba al tanto de su situación. Brigitte estuvo a su lado durante sus últimos días, despidiéndose de ella en privado en Amiens, donde Christine residía.
La vida de Brigitte Macron ha estado marcada por la pérdida desde su infancia. A los ocho años, sufrió la muerte de su hermana mayor, Catherine Trogneux, en un accidente de tráfico. Este trágico suceso dejó una huella imborrable en su juventud y en la dinámica familiar. En 2018, también tuvo que despedir a su hermano Jean-Claude, quien falleció a los 85 años. Jean-Claude había sido un pilar en la familia, dirigiendo la pastelería familiar Jean Trogneux, famosa por sus macarons.
Con la reciente pérdida de su hermana y sobrina, Brigitte se encuentra entre las últimas representantes de la generación Trogneux. A pesar de su dolor personal, ha continuado cumpliendo con sus compromisos institucionales. Recientemente, asistió al desfile del 14 de julio en París, que celebra la fiesta nacional francesa, y también al funeral del presentador Thierry Ardisson, que tuvo lugar poco antes de la muerte de Christine.
Fuentes cercanas al Elíseo han indicado que Brigitte está «muy afectada» por estas pérdidas y ha decidido reducir su agenda en las próximas semanas para centrarse en su familia y en su propio bienestar. La prensa francesa ha respetado su privacidad, evitando el sensacionalismo y permitiendo que la primera dama maneje su duelo lejos del foco mediático.
La familia Trogneux ha sido un pilar social y económico en Amiens. La pastelería familiar fue fundada en 1872 por el abuelo de Brigitte, Jean-Baptiste Trogneux, y ha permanecido en manos de la familia desde entonces. Actualmente, su primo Jean-Alexandre Trogneux gestiona el negocio, asegurando que la tradición familiar continúe a pesar de las recientes pérdidas.
Brigitte Macron se enfrenta a un verano especialmente amargo, donde su papel como figura pública contrasta con su vida personal como mujer, hermana y tía que ha tenido que despedirse de dos seres queridos en un corto periodo de tiempo. La resiliencia que ha mostrado en estos momentos difíciles es un testimonio de su fortaleza y compromiso con su familia y su país.