La Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) en Extremadura se encuentra en un momento crucial, con más de 5.500 estudiantes preparados para enfrentar este importante examen. Mª Paz González Rodríguez, coordinadora general y presidenta del tribunal de la PAU, ha compartido detalles sobre los preparativos y los cambios que han marcado este año. La PAU no solo es un examen, sino un proceso complejo que requiere una coordinación meticulosa y una atención especial a las necesidades de los estudiantes.
**Preparativos y Logística de la PAU**
Los preparativos para la PAU son un verdadero engranaje que comienza mucho antes de la fecha de los exámenes. Según González, el proceso está en su recta final, con la selección de exámenes ya realizada y el siguiente paso siendo el fotocopiado de aproximadamente 30.000 exámenes. Este proceso no es trivial, ya que algunos exámenes requieren adaptaciones específicas para estudiantes con necesidades especiales, lo que añade una capa adicional de complejidad. La coordinadora enfatiza la importancia de la precisión en este proceso, dado que cualquier error podría afectar la experiencia del estudiante.
Este año, la PAU ha introducido cambios significativos en su estructura, lo que ha generado un ambiente de incertidumbre tanto entre los alumnos como entre los docentes. La nueva metodología, que se implementó a partir de octubre, ha requerido ajustes en la forma en que se enseñan los contenidos, lo que ha incrementado la ansiedad entre los profesores y estudiantes. La coordinadora reconoce que, aunque los contenidos no han cambiado, la forma de abordarlos sí lo ha hecho, lo que ha generado un clima de nerviosismo.
**Cambios en el Modelo de Examen**
Uno de los cambios más destacados en la PAU de este año es la introducción de una pregunta de tipo competencial obligatoria, lo que ha suscitado dudas sobre si los docentes y alumnos están preparados para este nuevo enfoque. González señala que, aunque los estudiantes pueden adaptarse a los nuevos formatos, es fundamental que los profesores reciban la formación adecuada para poder guiar a sus alumnos en este nuevo modelo. La idea detrás de la competencialidad es que los estudiantes no solo memoricen información, sino que también aprendan a aplicarla en contextos prácticos.
La elección de las preguntas y exámenes es un proceso que se lleva a cabo con gran cuidado. Los coordinadores de cada materia presentan los exámenes en una fecha específica, y estos son elaborados por una comisión permanente de 15 docentes. La selección final se realiza mediante un sorteo, lo que garantiza que todos los exámenes tengan un nivel de dificultad similar. Este enfoque busca evitar que los estudiantes sientan que un examen es más difícil que otro, lo que podría generar desconfianza en el proceso.
La corrección de los exámenes también es un aspecto crítico del proceso. Este año, se estima que alrededor de 240 correctores estarán involucrados en la tarea de evaluar los exámenes, aunque este número podría aumentar dependiendo de la cantidad de estudiantes matriculados. Cada corrector tiene un límite de 175 exámenes, aunque en la práctica suelen corregir alrededor de 150, especialmente en materias que requieren una lectura más extensa. Este tiempo de corrección es esencial para garantizar que los exámenes sean evaluados de manera justa y precisa.
**Adaptaciones y Necesidades Especiales**
Un aspecto notable de la PAU de este año es el aumento en el número de adaptaciones para estudiantes con necesidades especiales. Este año se han registrado 257 adaptaciones, que van desde estudiantes con TDAH hasta aquellos con discapacidades visuales. La coordinadora menciona que este incremento refleja una mayor concienciación y atención hacia las necesidades de todos los estudiantes, lo que es un paso positivo hacia una educación más inclusiva.
Además, se ha observado un aumento en la cantidad de estudiantes que presentan trastornos de ansiedad y otros diagnósticos que podrían afectar su rendimiento en los exámenes. Esto ha llevado a un enfoque más comprensivo por parte de los coordinadores y correctores, quienes buscan crear un ambiente menos estresante para los alumnos. Por ejemplo, en el caso de la dislexia, se han implementado cambios en la forma en que se evalúan las faltas de ortografía, permitiendo que los estudiantes no sean penalizados de manera excesiva.
La presión que sienten los estudiantes durante la PAU es innegable, especialmente en un contexto donde las notas de corte para ciertos grados son muy altas. González reconoce que esta presión puede ser abrumadora, pero el equipo de coordinadores y correctores trabaja arduamente para asegurar que el proceso sea lo más justo y transparente posible. La competitividad entre los estudiantes ha aumentado, en parte debido a que más familias están enviando a sus hijos a la universidad, lo que ha elevado las expectativas y la presión sobre los estudiantes para obtener buenos resultados.
La PAU en Extremadura es un reflejo de los cambios y desafíos que enfrenta el sistema educativo en la actualidad. Con un enfoque renovado en la competencialidad y una mayor atención a las necesidades de los estudiantes, este año promete ser un hito en la evolución de la selectividad en la región.