El caso del doble asesinato de las ciudadanas chinas Guang Qu y Kung Yong, ocurrido en Pontevedra en 2009, ha vuelto a cobrar relevancia tras la reciente detención de Wen Bin Sun en Panamá. Este suceso, que había permanecido en la sombra durante más de 16 años, ha reabierto viejas heridas y ha puesto de manifiesto las dificultades que enfrenta la justicia en casos de crimen transnacional.
### Un Crimen que Conmovió a España
El 29 de abril de 2009, las autoridades encontraron los cuerpos sin vida de Guang Qu y Kung Yong en su domicilio en la calle Amado Carballo de Pontevedra. Ambas mujeres presentaban signos de violencia, lo que llevó a la policía a investigar rápidamente el caso. Desde el principio, Wen Bin Sun fue identificado como el principal sospechoso, dado que compartía la misma nacionalidad que las víctimas. Sin embargo, la situación se complicó cuando Sun huyó a China, donde las autoridades se negaron a extraditarlo a España.
Durante los años siguientes, el caso se mantuvo activo en los registros de Interpol, con una orden de búsqueda y captura internacional. A pesar de que otro sospechoso, Zhang Hai Jie, fue arrestado y condenado inicialmente por el crimen, su sentencia fue revocada en 2014 por falta de pruebas directas que lo vincularan a la muerte de las mujeres. Esto dejó a la comunidad y a los familiares de las víctimas con la sensación de que la justicia no se había hecho plenamente.
La investigación reveló que las mujeres, que supuestamente ejercían la prostitución, fueron asesinadas en un acto de violencia brutal. Según los informes, Kung Yong fue la primera víctima, y su muerte fue seguida por la de Guang Qu, quien fue engañada para salir de su casa. Este patrón de engaño y violencia ha dejado una marca indeleble en la memoria colectiva de la región.
### La Detención en Panamá y sus Implicaciones
El 19 de mayo de 2025, las autoridades panameñas arrestaron a Wen Bin Sun tras su llegada al país desde París. Este arresto se produjo gracias a la alerta de Interpol, que había mantenido activa la búsqueda del sospechoso durante más de una década. La detención de Sun ha sido recibida con alivio por parte de las autoridades españolas, que ahora pueden reanudar el proceso judicial que había quedado estancado.
La llegada de Sun a Panamá fue un giro inesperado en un caso que parecía haber quedado en el olvido. Su arresto no solo representa una oportunidad para que la justicia se sirva, sino que también plantea preguntas sobre la eficacia de los sistemas de extradición y la cooperación internacional en la lucha contra el crimen. La negativa de China a extraditar a Sun en el pasado había sido un obstáculo significativo, y su detención en Panamá abre la puerta a la posibilidad de que finalmente enfrente a la justicia en España.
Una de las pruebas más relevantes que ahora pesa sobre Sun es la declaración de Zhang Hai Jie, quien, a pesar de haber sido absuelto, ha señalado directamente a Sun como uno de los responsables del crimen. Esta nueva evidencia podría ser crucial para el desarrollo del caso y para establecer la verdad detrás de los trágicos eventos de 2009.
El proceso de extradición de Sun a España ya ha comenzado, y se espera que las autoridades españolas se preparen para interrogarlo sobre su implicación en el doble asesinato. La comunidad de Pontevedra, que ha vivido con la sombra de este crimen durante años, espera que esta vez la justicia prevalezca y que se haga justicia por Guang Qu y Kung Yong.
La detención de Wen Bin Sun no solo es un paso hacia la resolución de un caso que ha marcado a una comunidad, sino que también destaca la importancia de la cooperación internacional en la lucha contra el crimen. A medida que se desarrollan los acontecimientos, el mundo estará atento a cómo se desenvuelve este caso y si finalmente se logrará cerrar un capítulo que ha permanecido abierto durante demasiado tiempo.