El consumo de cigarrillos electrónicos, comúnmente conocidos como vapeadores, ha experimentado un aumento alarmante entre los adolescentes en España. Este fenómeno no solo plantea preocupaciones inmediatas sobre la salud de los jóvenes, sino que también se ha convertido en una puerta de entrada al tabaquismo tradicional. Según una reciente encuesta realizada por la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria, el uso de estos dispositivos entre menores ha superado el 10%, una cifra que se ha incrementado significativamente en comparación con años anteriores.
### La Epidemia Silenciosa del Vapeo
La tendencia creciente del vapeo entre los adolescentes ha sido calificada por expertos como una «epidemia silenciosa». En 2024, el 6,6% de los adolescentes afirmaba utilizar cigarrillos electrónicos, pero las cifras actuales muestran un aumento preocupante. Este incremento se ha visto reflejado en la celebración de la Semana Sin Humo y el Día Mundial Sin Tabaco, donde se busca concienciar sobre los riesgos del consumo de tabaco y vapeo. La encuesta, que involucró a 9.500 participantes, revela que el 28,3% de los jóvenes adultos de entre 18 y 24 años fuma, siendo el tabaco de liar el más popular entre ellos.
Los expertos advierten que el vapeo no solo es una alternativa aparentemente inofensiva al tabaco, sino que puede ser incluso más adictivo. La Organización Mundial de la Salud ha documentado más de 16.000 sabores diferentes de líquidos para vapear, lo que resulta atractivo para los menores. Esta variedad, junto con la promoción en redes sociales, ha normalizado el consumo de nicotina desde edades cada vez más tempranas. El doctor Bartomeu Massuti, jefe de Oncología en el Hospital Doctor Balmis de Alicante, señala que hay casos de adolescentes que comienzan a vapear a los 12 años, lo que plantea serias preocupaciones sobre la salud a largo plazo.
### La Feminización del Consumo de Tabaco y Vapeo
Uno de los hallazgos más inquietantes de la encuesta es la feminización del consumo de tabaco y vapeadores. Los datos indican que el 56,8% de las adolescentes ha probado el vapeo, en comparación con el 52,5% de los chicos. En cuanto al tabaco convencional, un 36,8% de las chicas lo ha consumido al menos una vez, frente a solo el 3% de los chicos. Esta tendencia no solo refleja una mayor exposición de las menores al consumo de estas sustancias, sino también una mayor vulnerabilidad a la presión social y las estrategias de marketing dirigidas a su grupo demográfico.
La doctora Virginia Calvo, especialista en cáncer de pulmón, ha alertado sobre el aumento de casos de cáncer de pulmón en mujeres jóvenes, un fenómeno que podría estar relacionado con el uso creciente de vapeadores y tabaco desde edades tempranas. La normalización del consumo de nicotina entre las adolescentes podría tener consecuencias devastadoras en términos de salud pública en el futuro.
### Medidas Urgentes para Combatir el Problema
Ante esta alarmante situación, los expertos hacen un llamado a las autoridades sanitarias para implementar medidas efectivas que frenen el consumo de tabaco y vapeo entre los adolescentes. Entre las propuestas se incluyen establecer una edad mínima para la compra de estos productos, aumentar los controles en la venta tanto física como online, y lanzar campañas informativas dirigidas a menores. Estas campañas deberían mostrar de manera clara y sin edulcorar los efectos nocivos del vapeo y el tabaco tradicional.
Es fundamental que tanto las instituciones como las familias y la sociedad en su conjunto tomen conciencia de la gravedad de esta situación. El cigarrillo electrónico, lejos de ser una moda pasajera, se ha convertido en un riesgo real para la salud de los jóvenes. La combinación de un diseño atractivo, una amplia variedad de sabores y una fuerte presencia en redes sociales lo convierte en un producto especialmente peligroso para los adolescentes, especialmente para las chicas.
La salud debe ser la prioridad en la lucha contra el consumo de tabaco y vapeo. La creciente normalización de estas prácticas entre los jóvenes exige una respuesta firme y decidida. La educación, la regulación y la prevención son herramientas clave para abordar este problema y proteger la salud de las futuras generaciones. La Semana Sin Humo nos recuerda que la salud es el verdadero trofeo que debemos cuidar y proteger.