El Buque de Acción Marítima Furor (P-46) ha zarpado desde la base naval de Cartagena con un objetivo claro: brindar asistencia a la flotilla humanitaria Global Sumud, que se dirige hacia la Franja de Gaza. Este despliegue fue anunciado por el presidente del Gobierno durante su discurso en la Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York. Se espera que el patrullero alcance su destino en un plazo aproximado de cuatro días, en un contexto de creciente tensión en la región.
La actividad en el muelle de La Curra, donde el Furor estuvo amarrado, fue intensa antes de su salida. La dotación del buque se dedicó a preparar equipos y realizar las comprobaciones finales necesarias. Según fuentes oficiales, la misión del Furor es de carácter asistencial, lo que implica proporcionar ayuda médica, salvamento y, si es necesario, evacuar heridos. Es importante destacar que esta no es una misión de interposición ni de acción bélica, lo que subraya el enfoque humanitario de la operación.
### Contexto Internacional y Seguridad de la Misión
El envío del Furor se enmarca dentro de una iniciativa internacional, ya que Italia también ha desviado una fragata multipropósito, la Virginio Fasan, para custodiar la ruta de la flotilla. Esta flotilla está compuesta por embarcaciones que transportan voluntarios y activistas de varios países, incluyendo a figuras destacadas como la activista sueca Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau. Recientemente, los integrantes de la flotilla denunciaron ataques contra sus embarcaciones, con un saldo de al menos 13 explosiones y la presencia de más de 15 drones sobrevolando a baja altura. Estos incidentes han sido calificados por el ministro de Asuntos Exteriores como «totalmente inaceptables», exigiendo una respuesta y la atribución de responsabilidades a nivel internacional.
La misión del Furor no solo se limita a la asistencia médica, sino que también tiene un efecto disuasorio. Su presencia en la zona puede servir como un testimonio de la situación en el área, lo que podría tener implicaciones diplomáticas y jurídicas. A bordo del buque se encuentra un hospital militar ROLE 1, que es la unidad básica de asistencia en situaciones de emergencia. Esta unidad está equipada para estabilizar heridos y prepararlos para su evacuación a instalaciones sanitarias de mayor nivel si es necesario. El personal a bordo incluye un jefe médico, enfermeros y auxiliares sanitarios, todos capacitados para realizar intervenciones de soporte vital y organizar traslados.
### Desafíos Legales y Operativos
La presencia de un buque de guerra en aguas cercanas a un conflicto armado plantea varias restricciones bajo el derecho internacional. No se permite que un buque militar ingrese a aguas territoriales de otro Estado soberano, a menos que sea por paso inocente, invitación o en situaciones de salvamento justificadas. En un contexto de alta tensión, la atribución de la autoría de incidentes, como ataques con drones, puede complicar las decisiones del comandante a bordo y las órdenes del mando político. Por lo tanto, la cadena de mando operativa recae en la Armada y la Jefatura del Estado Mayor de la Defensa, aunque las decisiones más significativas son responsabilidad del Gobierno.
La intervención del Furor establece un precedente en cuanto a la protección militar de una iniciativa civil en una zona de conflicto. Aunque España ha participado anteriormente en evacuaciones y operaciones de protección de nacionales en situaciones de crisis, la protección de una flotilla humanitaria en aguas cercanas a Gaza presenta desafíos jurídicos, diplomáticos y operativos de gran complejidad. Entre estos desafíos se encuentran la posibilidad de incidentes durante la intercepción de embarcaciones por parte de fuerzas israelíes y la gestión de las repercusiones políticas que podría acarrear cualquier enfrentamiento.
Los buques humanitarios, que transportan ciudadanos de 17 países europeos, han denunciado el lanzamiento de objetos incendiarios contra sus embarcaciones, lo que ha llevado a un aumento en las tensiones. El ministro de Exteriores ha reiterado que se hará responsable a quien ataque y dañe a la flotilla, y que estos actos tendrán que ser respondidos ante tribunales internacionales. En los últimos días, Israel ha intensificado su retórica contra la Global Sumud Flotilla, acusando a Hamás de estar detrás de su organización y exigiendo que la carga se desembarque en el puerto israelí de Ashkelon, a pesar de que las Naciones Unidas han señalado que es Israel quien impide la entrada de alimentos a Gaza, contribuyendo a una crisis humanitaria en la región.