La reciente firma de un acuerdo de paz entre Armenia y Azerbaiyán ha marcado un hito en la historia de la región del Cáucaso, poniendo fin a más de tres décadas de conflicto por el Alto Karabaj. Este evento, celebrado en la Casa Blanca, ha sido aclamado por muchos como un paso hacia la estabilidad en una zona históricamente convulsa. Sin embargo, el acuerdo también ha suscitado tensiones, especialmente con la oposición de Irán, que ve en el nuevo corredor de transporte una amenaza a su seguridad y a su influencia en la región.
El corredor de Zangezur, que se extenderá por 43 kilómetros, conectará Azerbaiyán con su enclave de Najicheván a través del sur de Armenia. Este proyecto, denominado Ruta Trump para la Paz y la Prosperidad Internacionales (TRIPP), será gestionado por Estados Unidos, lo que ha generado preocupación en Teherán. Irán ha manifestado su firme oposición a la apertura de esta ruta, argumentando que se convertirá en un «cementerio» para los «mercenarios» del presidente estadounidense, Donald Trump. Ali Akbar Velayati, asesor del líder supremo de Irán, ha calificado el corredor como un «complot político» contra su país y ha predicho su fracaso.
### La Reacción de Irán ante el Corredor
La oposición de Irán al corredor de Zangezur no es nueva. Desde que se planteó la posibilidad de su apertura, Teherán ha expresado su descontento, incluso cuando el proyecto contaba con el respaldo de Rusia, uno de sus principales aliados. La preocupación de Irán radica en la potencial presencia militar estadounidense en una región que ya es estratégica por su riqueza en hidrocarburos y su ubicación geográfica.
La declaración de Velayati, en la que advierte que Irán «no lo permitirá», refleja la postura firme de Teherán ante cualquier intento de alterar el equilibrio de poder en el Cáucaso. Esta situación se complica aún más por el hecho de que el corredor no solo afecta a Irán, sino también a otros países vecinos que podrían verse involucrados en un conflicto más amplio si la situación se deteriora.
Además, la Casa Blanca ha defendido el corredor como una vía para facilitar la conectividad entre Armenia y Azerbaiyán, asegurando que se respetará la soberanía y la integridad territorial de ambos países. Sin embargo, la retórica de Irán sugiere que la percepción de amenaza es mucho más profunda, lo que podría llevar a un aumento de las tensiones en la región.
### Implicaciones Geopolíticas del Corredor
La construcción del corredor de Zangezur tiene implicaciones geopolíticas significativas que van más allá de la simple conectividad entre Armenia y Azerbaiyán. Para Estados Unidos, este proyecto representa una oportunidad para aumentar su influencia en el Cáucaso, una región que ha sido históricamente dominada por potencias como Rusia y Turquía. La administración estadounidense ha visto en este acuerdo una forma de contrarrestar la influencia de Irán y fortalecer su posición en un área rica en recursos energéticos.
Sin embargo, la oposición de Irán podría complicar los planes de Estados Unidos. Teherán ha advertido que cualquier intento de establecer un corredor que pase cerca de sus fronteras será considerado una provocación. Esto podría llevar a un aumento de la militarización en la región, con Irán intensificando su presencia militar en respuesta a lo que percibe como una amenaza directa.
Además, la situación en el Cáucaso es volátil, y cualquier chispa podría encender un conflicto más amplio. La historia reciente de la región está marcada por guerras y tensiones étnicas, y la introducción de un nuevo corredor de transporte podría reavivar viejas rencillas. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se desarrollan los acontecimientos, ya que un conflicto en el Cáucaso podría tener repercusiones en toda Europa y Asia.
En resumen, el corredor de Zangezur no solo es un proyecto de infraestructura; es un símbolo de las luchas de poder en el Cáucaso y un reflejo de las tensiones geopolíticas actuales. La oposición de Irán y las advertencias sobre las posibles consecuencias de este corredor son un recordatorio de que la paz en la región es frágil y que cualquier cambio en el status quo puede tener efectos devastadores. La comunidad internacional deberá estar atenta a los desarrollos futuros, ya que el equilibrio de poder en el Cáucaso podría cambiar drásticamente en los próximos meses.