La princesa de Gales, Kate Middleton, ha vuelto a deslumbrar con su estilo en la reciente cena de gala celebrada en el Palacio de Windsor. Este evento, que reunió a 160 invitados, fue organizado por los reyes Carlos III y Camila, y tuvo como homenajeados al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su esposa, Melania. Sin embargo, fue Kate quien acaparó todas las miradas, dejando a los demás asistentes en un segundo plano.
### Un Vestido que Marca Tendencia
Kate Middleton ha optado por un vestido de alta costura diseñado por la británica Phillipa Lepley. Este impresionante atuendo está confeccionado en crepé de seda color crema y presenta un escote palabra de honor, que sirve como base para un abrigo de encaje Chantilly dorado, bordado a mano. La combinación de semitransparencias y un cuello alto ha sido una elección audaz que ha resaltado su figura y ha capturado la atención de los medios y del público.
La elección de joyas también ha sido un punto destacado de su look. Kate ha decidido llevar la tiara Lover’s Knot, una de las favoritas de la difunta princesa Diana. Esta tiara, que cuenta con 19 arcos de diamantes y 39 perlas, es un símbolo de elegancia y tradición. Su historia se remonta a 1913 y su valor se estima en alrededor de 2 millones de libras. La elección de esta tiara no solo rinde homenaje a Diana, sino que también establece un vínculo emocional con la historia de la familia real británica.
### La Importancia de la Ocasión
Este evento ha sido significativo para Kate, ya que es la segunda cena de gala a la que asiste desde que le fue diagnosticado un cáncer que la mantuvo alejada de los eventos públicos durante más de un año. Su primera aparición fue en julio, durante la visita de Estado de los Macron. Cada aparición de Kate se interpreta como un signo de mejoría y adaptación a su tratamiento, lo que ha generado un gran interés y apoyo por parte de la prensa y el público británico.
La cena de gala se llevó a cabo en el Salón de San Jorge, un lugar emblemático del castillo de Windsor, que se encuentra a unos 40 kilómetros de Londres. Este año, Buckingham Palace está en reformas, lo que ha llevado a la Casa Real a elegir este histórico castillo como sede del evento. La mesa, decorada con flores rosas, moradas y amarillas, se extendía a lo largo de 50 metros, creando un ambiente de lujo y sofisticación.
Entre los 160 invitados se encontraban figuras destacadas de la política y la industria, como el primer ministro británico, Keir Starmer, y líderes estadounidenses como Sam Altman y Tim Cook. La cena no solo fue una oportunidad para celebrar la relación entre el Reino Unido y Estados Unidos, sino también para disfrutar de un menú que fusiona lo mejor de ambas culturas culinarias.
### Un Menú que Refleja Tradición y Modernidad
El menú de la cena fue una mezcla de sabores locales y estadounidenses, diseñado para impresionar a los distinguidos invitados. Comenzó con una panna cotta de berros acompañada de galletas de mantequilla de parmesano y ensalada de huevos de codorniz. El plato principal consistió en una albóndiga de pollo envuelta en calabacín, servida con una salsa infusionada con tomillo y ajedrea. Para el postre, se ofreció una bomba de helado de vainilla con sorbete de frambuesa y ciruelas escalfadas, un final dulce y refrescante para una velada tan especial.
Como es tradición, se creó un cóctel para representar al país invitado. Aunque Donald Trump no consume alcohol, se preparó un Transatlantic Whisky Sour, que combina whisky escocés Johnnie Walker Black con mermelada, coronado con una espuma de nuez y adornado con un malvavisco tostado sobre una galleta con forma de estrella. Este cóctel simboliza la unión entre las dos naciones y añade un toque de creatividad al evento.
La cena de gala en el Palacio de Windsor no solo ha sido un espectáculo de moda y gastronomía, sino también un momento de celebración y esperanza para Kate Middleton, quien continúa siendo un ícono de estilo y resiliencia en la familia real británica. Su capacidad para brillar en momentos difíciles y su conexión con la historia de la realeza son aspectos que la han consolidado como una figura admirada tanto en el Reino Unido como en el resto del mundo.