En un impactante giro de los acontecimientos, una llamada al servicio de emergencias en Buenos Aires ha desenterrado un caso que había permanecido en el olvido durante más de cuatro décadas. El 20 de mayo de 2025, un vecino de la zona alertó a la policía sobre el hallazgo de restos humanos en una obra de construcción en la avenida del Congreso. Esta llamada no solo inició una investigación, sino que también reavivó la memoria de una familia que había estado buscando a su hijo desaparecido desde 1984.
La historia de Diego Fernández Lima es un recordatorio de las tragedias que pueden ocurrir en la vida cotidiana. Diego desapareció el 26 de julio de 1984, cuando solo tenía 16 años. Su familia, convencida de que había sido víctima de una secta, emprendió una búsqueda incansable que incluyó la distribución de carteles, visitas a hospitales y morgues, y la revisión de cuerpos no identificados. Sin embargo, la policía archivó el caso, considerándolo una fuga del hogar, lo que dejó a la familia sin respuestas y con el corazón roto.
### El Hallazgo de los Restos
El descubrimiento de los restos humanos ocurrió durante la excavación para la construcción de un nuevo edificio en el barrio de Coghlan. Los obreros, al excavar, encontraron huesos que, tras una autopsia, fueron identificados como pertenecientes a un joven de entre 16 y 19 años. La causa de la muerte fue un ataque con un objeto punzante, y los forenses encontraron marcas que sugerían intentos de desmembramiento. Además, se hallaron objetos que databan de los años 80 y 90, lo que ayudó a situar el deceso en ese periodo.
La conexión con Diego Fernández Lima se hizo evidente cuando un sobrino de la víctima leyó sobre el caso en los medios y notó similitudes con la desaparición de su tío. A pesar de que Diego no estaba en los registros de desaparecidos, su familia había mantenido viva la esperanza de encontrarlo. Tras cotejar el ADN de la madre de Diego, Irma Lima, con los restos hallados, se confirmó que pertenecían a su hijo, lo que marcó un momento de gran emoción y dolor para la familia.
### La Búsqueda y el Impacto Familiar
La búsqueda de Diego fue una odisea para su familia. Su padre, Juan Benigno Fernández, dedicó su vida a encontrar a su hijo, incluso después de que la policía decidiera archivar el caso. Desafortunadamente, Juan falleció en 1991 tras ser atropellado mientras seguía una pista sobre su hijo. La carga de la búsqueda recayó en su hermano, Javier Fernández Lima, quien tenía solo 10 años cuando Diego desapareció. Javier ha tomado las riendas de la búsqueda familiar y ha estado en contacto con las autoridades desde que se confirmó la identidad de los restos.
La revelación de que los restos pertenecían a Diego ha llevado a la familia a reabrir viejas heridas y a buscar justicia. La policía ha comenzado a investigar a Cristian Graf, un compañero de clase de Diego, quien se ha convertido en el principal sospechoso en la muerte del joven. La situación es complicada, ya que el Código Penal argentino establece que los homicidios prescriben después de 12 a 15 años, lo que podría dificultar la posibilidad de llevar a cabo un juicio.
La repercusión del caso ha sido tal que ha llamado la atención de legisladores argentinos, quienes han propuesto cambios en la ley para que los homicidios sin cuerpo no prescriban. Esto podría abrir nuevas posibilidades para otros casos similares que han quedado sin resolver.
Cristian Graf, por su parte, ha defendido su inocencia en entrevistas, afirmando que no era amigo de Diego y que solo lo conocía de haber compartido clase. Sin embargo, su cercanía con el lugar donde se encontraron los restos ha generado sospechas y ha llevado a la familia a cuestionar su papel en la desaparición de Diego.
La historia de Diego Fernández Lima es un recordatorio de las tragedias que pueden ocurrir en la vida cotidiana. La búsqueda de justicia y la necesidad de respuestas son sentimientos universales que resuenan en todos aquellos que han perdido a un ser querido. La familia de Diego ha demostrado una resiliencia admirable a lo largo de los años, y su historia ha tocado el corazón de muchos en Argentina y más allá.
A medida que avanza la investigación, la familia espera que se haga justicia y que se esclarezca la verdad detrás de la desaparición de Diego. La historia de su vida y su trágica muerte son un testimonio de la lucha por la verdad y la justicia en un mundo donde a menudo se ignoran las voces de aquellos que han sufrido. La comunidad se une en apoyo a la familia, esperando que este caso sirva como un catalizador para el cambio y la reforma en el sistema judicial argentino, para que otros no tengan que pasar por el mismo dolor y la misma incertidumbre que ha enfrentado la familia Fernández Lima durante más de cuatro décadas.