El reciente lanzamiento de «Lux», el nuevo álbum de Rosalía, ha capturado la atención de millones de fanáticos y críticos por igual. Este disco, que marca un regreso a sus raíces, no solo refleja la evolución musical de la artista, sino que también nos recuerda el pequeño pueblo catalán donde todo comenzó: Sant Esteve Sesrovires. Este municipio, con una población de poco más de 8,000 habitantes, se ha convertido en un símbolo de la historia de Rosalía, quien ha mantenido un fuerte vínculo con su lugar de origen a lo largo de su carrera.
### Sant Esteve Sesrovires: Un Pueblo con Historia
Situado a unos 35 kilómetros de Barcelona, Sant Esteve Sesrovires es un lugar que combina la belleza natural de montañas y viñedos con una rica historia cultural. A pesar de su tamaño, el pueblo ha experimentado un notable desarrollo en las últimas décadas, transformándose de una comunidad agrícola a una zona industrial próspera. Esta evolución ha permitido que el municipio mantenga una conexión fluida con la capital catalana, haciendo que sea un lugar atractivo tanto para vivir como para visitar.
La historia de Rosalía está intrínsecamente ligada a este pueblo. Nacida y criada aquí, la artista ha sido siempre una figura querida por sus vecinos, quienes la consideran «una más». Esta cercanía ha permitido que Rosalía regrese a su hogar sin el bullicio que a menudo la rodea en otras partes del mundo. Su pueblo natal la reconoció como «sesrovirenca del año» antes de que alcanzara la fama internacional, un gesto que anticipó su futuro éxito y que refleja el orgullo que siente la comunidad por su trayectoria.
### Las Raíces de una Estrella
Desde sus primeros años, Rosalía mostró un interés notable por la música y la danza. Estudió en la escuela pública La Roureda, donde sus maestros la recuerdan como una niña curiosa y llena de energía. Fue en el gimnasio Top Line Sports donde comenzó a recibir clases de danza, especialmente de jazz moderno, lo que cimentó su amor por el movimiento. Sin embargo, fue el flamenco el género que realmente capturó su corazón y que eventualmente definiría su carrera.
La primera actuación de Rosalía en público tuvo lugar en el Ayuntamiento de Sant Esteve, en un evento organizado por la antigua Entidad Cultural Flamenca. A pesar de su juventud, su voz y presencia en el escenario dejaban entrever un talento excepcional. Uno de los momentos más memorables de su infancia fue una actuación en la Pista Francesc Castellet, donde interpretó la banda sonora de «El príncipe de Egipto». Este tipo de experiencias no solo moldearon su carrera, sino que también dejaron una huella en la comunidad, que siempre ha apoyado su crecimiento artístico.
Hoy en día, Sant Esteve Sesrovires sigue siendo un lugar que respira tranquilidad y comunidad. Sus masías centenarias y su jardín histórico, declarado Bien Cultural de Interés Local, son testigos de un pasado que se entrelaza con el presente. La idea de crear una ruta turística dedicada a Rosalía ha sido discutida en el pasado, y aunque no se ha concretado, la actual alcaldesa ha mostrado interés en retomar esta propuesta, lo que podría atraer a más visitantes y celebrar la herencia cultural que la artista ha traído a su pueblo.
La conexión de Rosalía con Sant Esteve Sesrovires es un recordatorio de cómo las raíces pueden influir en la identidad artística. A medida que su carrera sigue creciendo, el pueblo sigue siendo un refugio para ella, un lugar donde puede desconectar y recargar energías. La historia de Rosalía es, en muchos sentidos, una historia de comunidad, de apoyo y de orgullo local. A medida que el mundo sigue disfrutando de su música, es importante recordar que cada gran artista tiene un lugar de origen que ha contribuido a su éxito. Sant Esteve Sesrovires no es solo el hogar de Rosalía; es un símbolo de su viaje y de la cultura que ha ayudado a difundir a nivel global.
