El secuestro de Luis Suñer, un industrial alzireño, ha sido objeto de un exhaustivo análisis por parte del periodista Sergi Moyano, quien ha desenterrado detalles impactantes sobre este caso que tuvo lugar en enero de 1981. Suñer, propietario de Avidesa y Cartonajes Suñer, fue retenido durante tres meses por un comando de ETA político militar, y su historia revela no solo la violencia del terrorismo en España, sino también la complejidad de las redes que operaban en la época.
La investigación de Moyano, plasmada en su libro ‘Operación Apolo’, destaca la participación de terroristas valencianos en el secuestro, un aspecto que no había sido documentado previamente. Este comando, que se había infiltrado en la comunidad local, eligió a Suñer como objetivo debido a su perfil considerado como una «presa fácil». La decisión de secuestrar a Suñer en lugar de a otros potenciales objetivos, como uno de los socios de Pascual Hermanos, se basó en la percepción de que su situación como propietario único facilitaría las negociaciones para el rescate.
### La casa de la Vall de Gallinera: un centro de entrenamiento terrorista
Uno de los hallazgos más sorprendentes de la investigación es la revelación de que el comando de ETA adquirió una casa en la Vall de Gallinera, en la Marina, que se convirtió en un centro de entrenamiento para los secuestradores. Esta propiedad, comprada «al contado» por los terroristas, era un lugar donde se llevaban a cabo reuniones y donde se entrenaban en el uso de armas y explosivos. Moyano describe la casa como «enorme», con un portón que daba a una carretera comarcal, lo que facilitaba su acceso y la posibilidad de pasar desapercibidos.
La investigación también revela que los terroristas utilizaron cuevas en la Marina y la Safor para realizar prácticas de tiro, lo que subraya la preparación meticulosa que llevaron a cabo antes de ejecutar el secuestro. Este nivel de organización y la capacidad de los terroristas para establecerse en la comunidad local son aspectos que arrojan luz sobre la infiltración de ETA en la sociedad valenciana durante aquellos años.
### La Operación Apolo: un nombre con significado
El secuestro de Luis Suñer fue denominado por los propios terroristas como «Operación Apolo», un nombre que hacía referencia a uno de los helados más populares de Avidesa. Esta elección de nombre no solo refleja la ironía de la situación, sino que también indica cómo los terroristas intentaban normalizar su actividad delictiva en el contexto cotidiano de la vida de los ciudadanos. La operación se llevó a cabo el 13 de enero de 1981, cuando el comando asaltó las instalaciones de Avidesa en Alzira, llevándose a Suñer como rehén.
Moyano, quien ha trabajado en medios de comunicación como Levante-EMV y actualmente en TVE, ha logrado reconstruir los eventos que rodearon el secuestro a partir del testimonio de uno de los miembros del comando. Este testimonio es crucial, ya que proporciona una perspectiva interna sobre las motivaciones y las dinámicas del grupo, que en su mayoría permaneció en la sombra y nunca fue identificado oficialmente.
El relato de Moyano no solo se centra en los aspectos operativos del secuestro, sino que también explora el impacto humano de esta experiencia en Suñer y su familia. La angustia y el sufrimiento que vivieron durante esos tres meses son un recordatorio del costo humano del terrorismo, que a menudo se pierde en el análisis de las cifras y las estadísticas.
La publicación de ‘Operación Apolo’ no solo es un aporte significativo a la historia del terrorismo en España, sino que también plantea preguntas sobre la memoria colectiva y cómo se han abordado estos eventos en la narrativa histórica del país. La obra de Moyano invita a reflexionar sobre la importancia de recordar y documentar estos episodios oscuros, no solo para honrar a las víctimas, sino también para entender las lecciones que se pueden aprender de ellos.
El secuestro de Luis Suñer y la investigación de Sergi Moyano son un testimonio de la complejidad del fenómeno del terrorismo en España, así como de la resiliencia de aquellos que han sobrevivido a tales experiencias. La historia de Suñer es un recordatorio de que, detrás de cada cifra, hay vidas humanas afectadas por la violencia y el miedo, y que es fundamental seguir investigando y contando estas historias para que no se repitan en el futuro.