La situación política en Andalucía ha cobrado un nuevo impulso con la reciente designación de María Jesús Montero como candidata del PSOE. Sin embargo, un Barómetro del Centro de Estudios Andaluces (Centra) ha revelado que, a pesar de este cambio, no se ha producido un efecto significativo en la intención de voto, lo que ha llevado a la oposición a cuestionar la validez de estos datos. Según el sondeo, el Partido Popular (PP) mantiene una intención de voto del 32,4%, mientras que el PSOE se sitúa en un 20,4%. Esta diferencia es notable, especialmente considerando que el PSOE ha visto caer a tres líderes en un corto periodo de tiempo, lo que genera preocupación sobre su capacidad de remontar en las próximas elecciones.
La percepción de que el PSOE está en una situación complicada se ve reforzada por el hecho de que la mayoría absoluta de Juanma Moreno parece estar asegurada. A pesar de las críticas hacia el Barómetro, que algunos consideran «cocina», el hecho de que el PP haya mantenido su porcentaje de apoyo en comparación con encuestas anteriores sugiere que la situación no es favorable para los socialistas. La falta de un liderazgo claro y la continua erosión de la confianza en el partido son factores que complican aún más su panorama electoral.
### Cambios en la estrategia del PSOE
A pesar de los desafíos, el estado anímico dentro del PSOE ha mostrado signos de mejora. Los socialistas celebran un cambio en la agenda del Gobierno de Moreno, que ha decidido adoptar una postura más agresiva en su oposición. Este cambio ha llevado a un aumento en la confrontación política, lo que, según algunos miembros del PSOE, podría ser una señal de que el Gobierno está preocupado por su posición. La estrategia del Ejecutivo ha pasado de una postura defensiva a una ofensiva, lo que ha intensificado el choque entre el Gobierno andaluz y el nacional.
Los alcaldes socialistas, que anteriormente mantenían una relación de lealtad institucional con la Junta, han comenzado a movilizarse en torno a temas locales que afectan directamente a sus comunidades. Este cambio ha llevado a una ruptura en la relación entre los ayuntamientos socialistas y el Gobierno andaluz, lo que podría tener repercusiones en la gestión de Moreno. Los alcaldes están ahora más enfocados en cuestiones como la educación, la sanidad y la dependencia, lo que podría erosionar la imagen del Gobierno si no se gestionan adecuadamente.
### El dilema del calendario electoral
Uno de los temas más discutidos en el seno del PSOE es la posibilidad de un adelanto electoral. Aunque Juanma Moreno ha afirmado en varias ocasiones que no tiene intención de adelantar las elecciones andaluzas, dentro del partido hay quienes creen que podría haber una convocatoria anticipada para finales de 2025. Esta estrategia se basa en la idea de que un adelanto podría coincidir con las elecciones generales, lo que podría beneficiar al PSOE al aumentar la participación electoral.
Los socialistas argumentan que si las elecciones andaluzas se celebran en junio de 2026, esto podría permitir a Pedro Sánchez convocar elecciones generales en un momento que les favorezca. La historia ha demostrado que las elecciones conjuntas suelen resultar en una mayor participación, lo que podría ser crucial para el PSOE en un clima político polarizado. Con datos que sugieren que la participación podría aumentar hasta un 70% en un contexto de elecciones conjuntas, el PSOE está considerando seriamente la posibilidad de que Moreno se arriesgue a adelantar las elecciones para evitar que su mayoría absoluta se vea amenazada.
La incertidumbre sobre el calendario electoral y la estrategia del PSOE en Andalucía refleja un momento crítico para el partido. A medida que se acercan las elecciones, la capacidad del PSOE para adaptarse a las circunstancias cambiantes y movilizar a su base será fundamental para su éxito en las urnas. La presión sobre los líderes socialistas para que encuentren una solución a sus problemas internos y externos es palpable, y el tiempo se agota para revertir la tendencia actual.