El 21 de diciembre de 2025, Extremadura se convertirá en el escenario de un nuevo ciclo electoral en España. La presidenta de la Junta, María Guardiola, ha decidido adelantar las elecciones autonómicas debido a la imposibilidad de aprobar los presupuestos para 2026, lo que ha generado un bloqueo por parte de los partidos PSOE y Vox. Este adelanto se produce en un contexto político tenso, donde las elecciones extremeñas serán las primeras en el país desde las elecciones europeas de junio de 2024.
La decisión de Guardiola de convocar elecciones anticipadas ha sido interpretada como una estrategia para evitar un estancamiento político que podría perjudicar a su gobierno. En las elecciones autonómicas de 2023, el PSOE y el PP empataron en número de escaños en la Asamblea de Extremadura, con 28 cada uno, aunque los socialistas fueron la fuerza más votada. Vox, por su parte, logró 5 escaños y Unidas por Extremadura se quedó con 4. Este panorama ha dejado a Guardiola en una posición delicada, ya que su gobierno se sostiene gracias al apoyo de Vox, a pesar de haber prometido no aceptar sus votos.
En este nuevo ciclo electoral, la presidenta del PP se enfrenta a un PSOE que tiene a su candidato, Miguel Ángel Gallardo, en una situación comprometida, ya que está procesado por presunta prevaricación administrativa y tráfico de influencias. Este contexto ha generado un clima de incertidumbre y especulación sobre los resultados de las próximas elecciones. Las encuestas realizadas a lo largo de este año sugieren que el PP podría ser la fuerza más votada, alcanzando más del 40% de los sufragios y ganando entre 29 y 32 escaños, aunque aún por debajo de la mayoría absoluta.
Por otro lado, el PSOE se encuentra en una posición competitiva, con un porcentaje de apoyo que oscila entre el 36% y el 40%, lo que podría traducirse en entre 25 y 28 escaños. Vox también parece mejorar su posición, con proyecciones que indican un aumento en su porcentaje de votos, pasando del 8,1% en 2023 a un posible 12% en estas elecciones, lo que podría traducirse en un incremento de escaños, alcanzando entre 6 y 9.
La Asamblea de Extremadura está compuesta por 65 diputados, lo que significa que la mayoría absoluta se establece en 33 escaños. Este dato es crucial, ya que las dinámicas de alianzas y pactos post-electorales serán determinantes para la formación de un nuevo gobierno. Las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) publicadas en julio de este año situaban al PP como la primera fuerza política con un 27,2% de los votos, marcando una ventaja de 5,6 puntos sobre el PSOE, que se quedaba en un 21,6%. Vox, por su parte, mostraba una ligera mejora, alcanzando el 8,8% de los sufragios.
La situación política en Extremadura es un reflejo de las tensiones que se viven a nivel nacional, donde el pulso entre el PP y el PSOE se intensifica. La lectura de los resultados de estas elecciones no solo tendrá implicaciones locales, sino que también se interpretará como un examen del gobierno de Pedro Sánchez y de la oposición liderada por Alberto Núñez Feijóo. En este sentido, el resultado de las elecciones en Extremadura podría influir en la estrategia política de ambos partidos a nivel nacional, especialmente en un momento en que la polarización política es cada vez más evidente.
El adelanto electoral también ha suscitado reacciones diversas entre los diferentes actores políticos. Desde el PSOE, se ha criticado la decisión de Guardiola, argumentando que la estabilidad es fundamental para garantizar el empleo y los servicios públicos en la región. Por otro lado, el alcalde de Cáceres ha elogiado la decisión de la presidenta, considerándola responsable y necesaria para evitar que la región se paralice.
A medida que se acerca la fecha de las elecciones, se espera que la campaña electoral se intensifique, con los partidos políticos buscando movilizar a sus bases y atraer a nuevos votantes. Las encuestas seguirán jugando un papel crucial en la estrategia de campaña de cada partido, ya que los líderes políticos intentarán capitalizar cualquier ventaja que puedan obtener en la opinión pública.
En resumen, el adelanto electoral en Extremadura marca el inicio de un periodo de intensa actividad política en la región, donde las dinámicas de poder y las alianzas serán fundamentales para determinar el futuro político de la comunidad autónoma. Las elecciones del 21 de diciembre no solo serán un reflejo de la situación en Extremadura, sino que también tendrán repercusiones en el panorama político nacional.
