La política catalana ha recibido un duro golpe con el fallecimiento de Esperanza García, ex diputada del Partido Popular (PP) en el Parlament y actual delegada de la Junta de Andalucía en Cataluña. A los 50 años, García perdió la batalla contra el cáncer, dejando un legado significativo en la política regional. Su carrera comenzó en los primeros años de Ciudadanos, donde se destacó como candidata a la Alcaldía de Barcelona en 2007, aunque no logró obtener representación en el consistorio. Sin embargo, su trayectoria política no se detuvo ahí, ya que en 2010 se unió al PP, donde encontró un espacio para desarrollar su vocación de servicio público.
Nacida en Barcelona en 1975 y abogada de profesión, García se convirtió en una figura relevante en el Parlament de Cataluña, donde sirvió en dos periodos: entre 2015 y 2017, y de 2019 a 2020. Durante su tiempo en la cámara autonómica, se destacó por su compromiso con los valores del PP y su defensa de la unidad de España. Su trabajo fue reconocido por sus compañeros, quienes la recordaron como una mujer inteligente y brillante. Alejandro Fernández, presidente del PP catalán, expresó su pesar en redes sociales, destacando que García se fue demasiado pronto.
La ex diputada también tuvo un papel importante en el Ayuntamiento de Badalona, donde se unió al equipo de gobierno bajo la alcaldía de Xavier García Albiol. En este contexto, su labor fue valorada por sus colegas, quienes la recordaron con cariño y respeto. Albiol, quien la reemplazó en el Parlament, también compartió su dolor por la pérdida, subrayando el impacto que tuvo en su vida y carrera política.
El presidente del Parlament, Josep Rull, también se unió a las muestras de condolencias, rindiendo homenaje a García al inicio de la sesión plenaria. Los parlamentarios presentes en el hemiciclo le dedicaron un largo aplauso, un gesto que refleja la estima que se había ganado a lo largo de su carrera. Su fallecimiento ha dejado un vacío en el ámbito político catalán, donde su voz y su compromiso serán extrañados.
**Inicios en la política y trayectoria en el PP**
Esperanza García comenzó su andadura política en Ciudadanos, un partido que emergió en Cataluña en un contexto de creciente descontento con los partidos tradicionales. En 2007, se presentó como candidata a la Alcaldía de Barcelona, donde su lista obtuvo cerca de 24,000 votos, aunque no logró representación. Este primer intento no desanimó a García, quien continuó su carrera política y, en 2010, se unió al PP, donde encontró un espacio más acorde a sus ideales y objetivos.
Su ascenso en el PP fue rápido, y en 2015 fue elegida diputada en el Parlament de Cataluña. Durante su tiempo en la cámara, se destacó por su firmeza en la defensa de la unidad de España y su oposición a los movimientos independentistas que han marcado la política catalana en los últimos años. Su capacidad para articular argumentos y su compromiso con los valores del partido la convirtieron en una figura respetada entre sus compañeros y en el electorado.
En 2019, García fue nuevamente elegida para el Parlament, donde continuó su labor hasta 2020. Su trabajo en la cámara fue reconocido por su dedicación y su capacidad para abordar temas complejos con claridad. A lo largo de su carrera, García se enfrentó a numerosos desafíos, pero siempre mantuvo una postura firme y decidida, lo que le valió el respeto de sus colegas y adversarios.
**Legado y reconocimiento**
El legado de Esperanza García trasciende su tiempo en el Parlament y su papel como delegada de la Junta de Andalucía en Cataluña. Su compromiso con la política y su dedicación al servicio público son ejemplos de la vocación que muchos políticos deberían seguir. A lo largo de su carrera, García demostró que la política puede ser un espacio para el diálogo y la construcción de consensos, incluso en un entorno tan polarizado como el catalán.
Las reacciones a su fallecimiento han sido numerosas, con compañeros de partido y adversarios expresando su pesar y recordando su contribución a la política catalana. La pérdida de García es un recordatorio de la fragilidad de la vida y de la importancia de valorar a aquellos que dedican su tiempo y esfuerzo a servir a la comunidad. Su memoria perdurará en la historia política de Cataluña, donde su voz y su trabajo seguirán siendo recordados por muchos.