El inicio del año judicial 2025/2026 ha estado marcado por un ambiente de tensión y controversia, especialmente en torno a la figura del fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. En un acto que se llevó a cabo en el Tribunal Supremo, la presencia de García Ortiz generó reacciones encontradas entre los asistentes, reflejando la polarización existente en el ámbito judicial y político del país.
Durante la ceremonia, el Rey Felipe VI dio la palabra al fiscal general para que presentara la Memoria Anual del Ministerio Público correspondiente a 2024. Sin embargo, García Ortiz no pudo evitar referirse a su situación procesal, que lo coloca al borde del banquillo por presunta revelación de secretos. A pesar de las presiones y críticas que ha recibido, el fiscal general defendió su posición, afirmando que su presencia en el acto era una obligación y que la Fiscalía no se dejaría intimidar por ataques externos.
### La Reacción de la Carrera Judicial
El discurso de García Ortiz fue recibido con una mezcla de aplausos y silencios. Mientras que los vocales progresistas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) mostraron su apoyo, los miembros conservadores optaron por no aplaudir, reservando sus elogios para la presidenta del CGPJ, Isabel Perelló. Esta división refleja la creciente polarización dentro de la judicatura, donde las diferencias ideológicas se han vuelto más evidentes.
Perelló, en su intervención, rechazó las críticas al Poder Judicial y pidió a los poderes Ejecutivo y Legislativo que eviten descalificaciones que puedan socavar la confianza de los ciudadanos en la justicia. Su discurso fue un llamado a la unidad y a la defensa de la independencia judicial, aunque algunos críticos señalaron que no se abordaron las preocupaciones sobre la falta de autocrítica en la carrera judicial.
El acto también estuvo marcado por la notable ausencia de figuras clave, como el presidente del Tribunal Constitucional, Cándido Conde-Pumpido, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien había calificado la presencia de García Ortiz como una provocación. Estas ausencias subrayan la tensión existente entre los diferentes actores políticos y judiciales en España.
### La Polarización en el Ámbito Judicial
La polarización en el ámbito judicial no es un fenómeno nuevo, pero ha alcanzado niveles preocupantes en los últimos años. La división entre conservadores y progresistas se ha intensificado, y el acto de apertura del año judicial se convirtió en un reflejo de esta realidad. Las palabras de García Ortiz, aunque defendían la integridad de la Fiscalía, fueron vistas por algunos como una provocación, mientras que otros las consideraron necesarias para reafirmar la independencia del Ministerio Público.
La presidenta del CGPJ, Isabel Perelló, también se enfrentó a críticas por su postura. Aunque defendió la necesidad de proteger la independencia judicial, algunos consideraron que su discurso no abordó adecuadamente las preocupaciones sobre la falta de transparencia y la percepción de politización en el sistema judicial.
El ambiente en el Salón de los Pasos Perdidos del Supremo fue tenso, con grupos claramente divididos entre conservadores y progresistas. A pesar de la solemnidad del acto, las interacciones entre los asistentes fueron limitadas, y muchos optaron por abandonar el evento tras la retirada del Rey y del ministro de Justicia.
La presencia de García Ortiz en el acto fue inevitable desde un punto de vista legal, pero su decisión de no dimitir ha generado un debate sobre la ética y la responsabilidad en el ejercicio de funciones públicas. La división en la judicatura se ha vuelto un tema recurrente en los medios de comunicación y en la opinión pública, lo que plantea preguntas sobre el futuro del sistema judicial en España.
En este contexto, la inauguración del año judicial no solo marcó el inicio de un nuevo periodo, sino que también puso de manifiesto las tensiones que existen en el sistema judicial y la necesidad de abordar las preocupaciones sobre su independencia y eficacia. Las palabras de García Ortiz y Perelló resonaron en un ambiente cargado de expectativas y críticas, dejando claro que el camino hacia una justicia más transparente y efectiva aún está lleno de desafíos.