Las colinas que rodean Jerusalén se encuentran en medio de uno de los incendios forestales más devastadores de los últimos años, que comenzó el miércoles y ha llevado a la evacuación de varias comunidades. Las llamas, alimentadas por una ola de calor extremo y vientos fuertes, han cerrado una carretera principal y han puesto en alerta a las autoridades, que temen que el fuego alcance la Ciudad Santa. En respuesta a esta crisis, Israel ha solicitado asistencia internacional, recibiendo apoyo de países como Italia y Chipre, mientras que España también ha ofrecido enviar aviones de extinción de incendios.
El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, ha declarado que el país se encuentra en una «emergencia nacional» y ha enfatizado la necesidad de movilizar recursos para combatir el fuego. En un mensaje grabado, Netanyahu subrayó la importancia de crear cortafuegos y aumentar el número de camiones de bomberos disponibles. Sin embargo, el jefe de bomberos, Eyal Caspi, ha advertido que las condiciones climáticas actuales dificultan las operaciones aéreas de extinción, lo que complica aún más la situación.
Desde el inicio de los incendios, que estallaron en la mañana del miércoles, los servicios de emergencia han luchado por contener las llamas, que se han propagado rápidamente. Aunque se han reportado decenas de heridos, la mayoría de los casos son leves, relacionados con inhalación de humo o quemaduras menores. Las autoridades aún investigan la causa de los incendios, y existe la posibilidad de que hayan sido provocados intencionadamente, lo que ha llevado a especulaciones y teorías de conspiración por parte de algunos sectores.
La situación ha llevado a un aumento en la cooperación internacional, con el ministro de Asuntos Exteriores, Gideon Saar, contactando a sus homólogos de varios países para solicitar ayuda. Se espera que lleguen ocho aviones de extinción de incendios desde Chipre e Italia, lo que podría proporcionar un alivio necesario a los agotados equipos de bomberos locales. A pesar de la gravedad de la situación, el presidente israelí, Isaac Herzog, ha continuado con las ceremonias del Día de la Independencia, subrayando la necesidad de abordar la crisis climática que contribuye a estos desastres.
El impacto de los incendios no solo se siente en Jerusalén, sino que también se extiende a otras áreas del país, donde los bomberos están combatiendo múltiples fuegos simultáneamente. La combinación de condiciones climáticas adversas y la falta de recursos adecuados ha llevado a un escenario crítico, donde la seguridad de las comunidades está en juego. Las autoridades han instado a la población a mantenerse alerta y seguir las indicaciones de evacuación cuando sea necesario.
A medida que la situación evoluciona, la comunidad internacional observa con preocupación, y se espera que la asistencia continúe llegando a medida que se intensifican los esfuerzos para controlar el fuego. La crisis actual es un recordatorio de los desafíos que enfrenta Israel en términos de gestión de desastres y la necesidad de una preparación adecuada para enfrentar eventos climáticos extremos. La respuesta a esta emergencia no solo se centra en la extinción de los incendios, sino también en la protección de vidas y propiedades en una región que ya enfrenta tensiones políticas y sociales significativas.