La reciente investigación sobre la gestión de la emergencia provocada por la dana en Valencia ha revelado aspectos cruciales sobre la actuación del presidente autonómico, Carlos Mazón. A medida que avanza el proceso, se ha hecho evidente que la magistrada encargada de la causa, Nuria Ruiz Tobarra, enfrenta limitaciones significativas debido al aforamiento de Mazón. Este estatus legal impide que se indague directamente en sus responsabilidades, lo que ha llevado a la necesidad de elevar la causa al Tribunal Superior de Justicia (TSJ) para poder proceder con la investigación. Sin embargo, esto implicaría perder el control sobre el caso, lo que complica aún más la situación.
La Audiencia de Valencia ha dado un paso importante al permitir la citación de testigos clave, como la periodista Maribel Vilaplana, quien compartió una comida con Mazón el día de la emergencia. Su testimonio podría ser fundamental para esclarecer no solo las acciones del presidente, sino también sus omisiones durante la crisis. La comunicación entre Mazón y su equipo de confianza se ha convertido en un foco de atención, especialmente en momentos críticos de la emergencia.
### La Red de Comunicaciones en Momentos Clave
Un análisis del tráfico de llamadas entre Mazón y sus colaboradores más cercanos durante el día de la dana ha puesto de manifiesto un patrón de comunicación que podría ser determinante para entender la gestión de la crisis. Cuatro de sus más estrechos colaboradores, incluyendo a José Manuel Cuenca, jefe de gabinete, y Cayetano García, secretario autonómico de Presidencia, mantuvieron un intenso intercambio de llamadas con la exconsellera de Emergencias, Pradas, en momentos críticos.
El 29 de octubre, día de la emergencia, se registraron un total de 16 llamadas entre estos colaboradores y Pradas, con una duración acumulada de 8 minutos y 39 segundos. Este tráfico de llamadas se produce en momentos decisivos, como tras las alertas hidrológicas y durante la reunión del Cecopi, donde se toman decisiones cruciales. La exconsellera ha declarado que su intención era mantener informada a la cúpula de Presidencia sobre las decisiones que se estaban tomando, aunque ha insistido en que no consultaba, sino que informaba sobre la situación.
El contacto entre Pradas y el equipo de Mazón se intensificó a medida que avanzaba la jornada. A las 12:53, Pradas intenta contactar con Cuenca, quien no responde, justo después de que ella no lograra comunicarse con Mazón. Este patrón de intentos de comunicación fallidos se repite a lo largo del día, lo que sugiere una falta de coordinación en la gestión de la emergencia. A medida que la situación se tornaba más crítica, las llamadas entre Pradas y el equipo de Mazón aumentaban, lo que indica que la exconsellera estaba tratando de mantener a la administración informada sobre el desarrollo de los acontecimientos.
### La Emergencia y la Respuesta del Gobierno
La jornada del 29 de octubre estuvo marcada por la declaración de alertas hidrológicas en varias zonas, lo que llevó a la activación de protocolos de emergencia. A las 15:00 horas, Pradas asume el mando único de la emergencia, lo que implica que la coordinación de la respuesta recae en ella. Sin embargo, la falta de respuesta de Mazón a las llamadas de Pradas plantea interrogantes sobre su implicación en la gestión de la crisis.
A las 17:37, finalmente se establece una comunicación entre Mazón y Pradas, pero ya es demasiado tarde para evitar las consecuencias trágicas que se estaban desarrollando. En ese momento, ya se conocían las muertes ocurridas en Utiel, lo que subraya la urgencia de una respuesta efectiva y coordinada. Durante el receso de la reunión del Cecopi, se produce un aumento significativo en el tráfico de llamadas entre Mazón, Pradas y su equipo, lo que indica que la situación estaba llegando a un punto crítico.
La investigación continúa, y el papel de Mazón en la gestión de la emergencia sigue siendo objeto de escrutinio. La falta de respuestas a las llamadas de Pradas y la aparente desconexión entre el presidente y su equipo durante momentos decisivos plantean serias dudas sobre la eficacia de la gestión de la crisis. A medida que se desarrollan los acontecimientos, la atención se centra en cómo se abordarán las responsabilidades y qué implicaciones tendrá esto para el futuro político de Mazón y su administración.
