La situación educativa en Cataluña ha tomado un giro significativo con la reciente propuesta del gobierno de la Generalitat, liderado por el socialista Salvador Illa, de cerrar un número considerable de grupos en escuelas concertadas. Esta decisión ha generado un intenso debate sobre la libertad de elección educativa de los padres y el futuro del modelo de educación en la región. La consejera de Educación, Esther Niub, ha anunciado la intención de cerrar 155 grupos en centros concertados para el próximo curso, lo que representa un aumento significativo en comparación con los 65 grupos que se cerraron en el curso 2024-2025. Este cambio de política educativa ha suscitado preocupaciones entre los padres y defensores de la educación concertada, quienes argumentan que esta medida limita las opciones disponibles para las familias y perjudica la diversidad educativa en Cataluña.
La tendencia de cerrar grupos en escuelas concertadas no es nueva. Desde el curso 2020-2021, se han cerrado un total de 70 grupos, seguido de 216 en el 2021-2022, 78 en el 2022-2023 y 163 en el 2023-2024. Estos datos reflejan un patrón preocupante que ha continuado incluso bajo la administración actual del PSC. La justificación que ofrece la Generalitat para esta ofensiva contra la educación concertada se basa en dos argumentos principales: la penalización a los centros que segregan por sexo y la necesidad de ajustar la distribución de escolares debido a la caída de la natalidad. Sin embargo, un análisis más profundo revela que la disminución de la natalidad en Cataluña, que ha registrado 17,000 nacimientos menos en la última década, no justifica la eliminación de grupos en las escuelas concertadas.
### La Realidad de la Natalidad y su Impacto en la Educación
La caída de la natalidad en Cataluña ha sido un fenómeno notable, con un descenso de 2,200 nacimientos solo en el año 2023. Este descenso demográfico ha llevado a la Generalitat a tomar decisiones que afectan directamente a las escuelas concertadas, mientras que las escuelas públicas han visto un aumento en el número de grupos ofertados. En el último año, la educación concertada perdió 37 grupos en el segundo ciclo de infantil, mientras que la educación pública ganó 20. Estos datos, proporcionados por la Fundación Escola Cristiana de Catalunya, que representa a 395 colegios concertados en la región, indican que la educación concertada está siendo desproporcionadamente afectada por las políticas del gobierno.
Es importante destacar que entre 2000 y 2012, durante un periodo de crecimiento de la población escolar, la Generalitat optó por aumentar significativamente los grupos en las escuelas públicas, abriendo 2,766 nuevas aulas, lo que representó el 97% del crecimiento total. En contraste, solo se abrieron 78 grupos en la educación concertada, lo que equivale a un 2.9% del total. Esta disparidad en la asignación de recursos y grupos educativos plantea interrogantes sobre la equidad en el sistema educativo catalán y la verdadera intención detrás de las políticas actuales.
La Fundación Escola Cristiana de Catalunya ha defendido que, en un contexto de declive de la natalidad, sería razonable que la reducción de grupos se asumiera en un 97% por la educación pública, en lugar de penalizar a la educación concertada. Esta demanda se basa en la necesidad de mantener un equilibrio en el sistema educativo y garantizar que las familias tengan opciones adecuadas para la educación de sus hijos. Sin embargo, la Generalitat parece estar ignorando estas preocupaciones y continúa con su agenda de cierre de grupos en la educación concertada.
### La Planificación Educativa y la Libertad de Elección
Otro aspecto crucial de esta controversia es la planificación educativa impuesta por la Generalitat. Desde la implementación de un decreto en 2020, la planificación de la oferta educativa ha quedado en manos de la administración, lo que ha limitado la capacidad de las escuelas para adaptarse a las necesidades de las familias. Este cambio ha llevado a que el número de plazas concertadas se determine antes de conocer cuántas familias desean matricular a sus hijos en esos centros, lo que ha generado un desajuste entre la oferta y la demanda educativa.
Los datos de preinscripción del curso actual reflejan que 38,176 familias han elegido un centro público como su primera opción, lo que representa una disminución de 1,077 en comparación con el año anterior. Por otro lado, 17,729 familias optaron por un centro concertado, lo que representa un aumento de 1,041 en comparación con el año anterior. Estos números evidencian un cambio en las preferencias de las familias, que buscan alternativas en la educación concertada, a pesar de las restricciones impuestas por la Generalitat.
La situación actual en Cataluña plantea importantes preguntas sobre el futuro de la educación en la región. La ofensiva contra las escuelas concertadas y la falta de opciones para las familias podrían tener consecuencias a largo plazo en la calidad educativa y en la diversidad del sistema. A medida que la Generalitat continúa con su agenda, es fundamental que se escuchen las voces de los padres y defensores de la educación concertada, quienes abogan por una mayor libertad de elección y un sistema educativo más equitativo.