La Diada de Cataluña, celebrada cada 11 de septiembre, ha sido durante años un símbolo de la lucha por la independencia de Cataluña. Sin embargo, en los últimos años, la magnitud de estas manifestaciones ha disminuido notablemente, reflejando un cambio en la dinámica del independentismo catalán. Este año, bajo la presidencia de Salvador Illa, la Diada se presenta con un enfoque diferente, alejándose de las grandes movilizaciones que caracterizaban a este evento en el pasado.
La Diada ha dejado de ser un quebradero de cabeza para el Gobierno español. En años anteriores, las manifestaciones convocadas por la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural atraían a cientos de miles de personas, generando preocupación en la Moncloa. Sin embargo, el panorama ha cambiado. La asistencia a la Diada ha ido disminuyendo desde su punto máximo en 2014, cuando 1,8 millones de personas se unieron para formar una ‘V’ de victoria. Desde entonces, la participación ha caído drásticamente, y el año pasado solo se registraron alrededor de 70,000 asistentes.
Este cambio en la asistencia se ha visto acompañado por un cambio en la agenda política. Durante años, las manifestaciones de la Diada eran un termómetro del clima político en Cataluña, influyendo en las elecciones y en las decisiones del Gobierno. Sin embargo, desde la llegada de Illa a la presidencia de la Generalitat, el independentismo ha perdido parte de su fuerza. La situación se ha visto agravada por la pandemia y las luchas internas entre los partidos independentistas, que han llevado a una falta de dirección común.
### La Nueva Realidad del Independentismo
El Gobierno español ha expresado su satisfacción ante la disminución de la movilización independentista. La llegada del PSC a la Generalitat se considera una prueba de que las estrategias implementadas para abordar la crisis territorial han tenido éxito. Medidas como la amnistía del ‘procés’, los indultos y la derogación del delito de sedición han sido vistas como pasos que han desactivado, en cierta medida, el fervor independentista.
Las demandas actuales del independentismo han cambiado. En lugar de reclamar un referéndum de autodeterminación o la independencia, las principales exigencias se centran en cuestiones como la financiación, la defensa del catalán y la petición de competencias. Este cambio de enfoque sugiere que, aunque el deseo de independencia persiste entre algunos sectores, la forma en que se expresa ha evolucionado hacia un debate más centrado en el autogobierno y la mejora de las condiciones dentro del marco del Estatut.
Sin embargo, la situación no es tan sencilla. A pesar de la pérdida de fuerza en las manifestaciones, partidos como ERC y Junts siguen siendo actores clave en la política española. Aunque han perdido la mayoría en Cataluña, su influencia en el Congreso es significativa, lo que complica la gobernabilidad del país. Esta paradoja refleja la complejidad del panorama político actual, donde el independentismo, aunque debilitado, sigue teniendo un papel relevante.
### La Diada de 2025: Expectativas y Desafíos
A medida que se acerca la Diada de este año, se espera que la ANC y Òmnium convoquen a sus seguidores bajo el lema ‘Més motius que mai. Independència’. Aunque la asistencia podría no alcanzar los niveles de años anteriores, la movilización de los sectores más radicales del independentismo podría generar un nuevo debate sobre el futuro del movimiento.
La incógnita sobre el regreso de Carles Puigdemont a Cataluña también añade un elemento de incertidumbre. Su posible retorno podría reavivar las llamas del independentismo y generar nuevas tensiones en la política catalana y española. Mientras tanto, Salvador Illa se prepara para enfrentar su segundo año como presidente, con la mirada puesta en mantener la estabilidad en un contexto político cada vez más complejo.
La Diada de este año no solo será un evento simbólico, sino también un reflejo de la evolución del independentismo catalán y de las dinámicas políticas que lo rodean. A medida que las demandas cambian y la movilización disminuye, el futuro del independentismo en Cataluña se presenta lleno de desafíos y oportunidades. La forma en que se desarrollen estos eventos podría tener un impacto significativo en la política catalana y española en los próximos años.