En el actual panorama político español, el PSOE ha decidido centrar su estrategia en la confrontación directa con el Partido Popular (PP), especialmente con su figura más emblemática, Isabel Díaz Ayuso. Esta táctica se ha intensificado tras la reciente reunión del grupo parlamentario socialista, donde el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, dejaron claro que la oposición a la causa propalestina se personifica en Ayuso. Esta decisión de ignorar al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, durante su intervención, refleja una intención deliberada de desviar la atención hacia la presidenta de la Comunidad de Madrid, a quien consideran un adversario más accesible y relevante en el actual contexto político.
La frase de un ministro socialista, “Ellos con los genocidas, nosotros con las víctimas”, encapsula la narrativa que el PSOE busca promover. Al posicionarse como defensores de una causa moral, intentan dividir al PP y movilizar a su base, incluyendo a votantes que tradicionalmente han apoyado a los populares. Esta estrategia no solo busca debilitar el liderazgo de Feijóo, quien se encuentra atrapado entre las exigencias de su partido y las de Ayuso, sino también resaltar la imagen de un PP que se ha convertido en una “marca blanca de la ultraderecha”.
### La Comunidad de Madrid como Campo de Batalla
La Comunidad de Madrid se ha convertido en un espejo de las políticas que un gobierno conservador podría implementar a nivel nacional. Desde el PSOE, se argumenta que la figura de Ayuso moviliza a la izquierda, lo que les permite confrontar directamente con ella. La estrategia del Gobierno es clara: no rehuir el choque y utilizarlo como una oportunidad para desmontar la imagen de Ayuso ante la ciudadanía. Esto incluye señalar el desmantelamiento de servicios públicos y el desvío de recursos hacia empresas privadas, como el grupo Quirón, que ha estado en el centro de varias controversias por su colaboración público-privada en el sector sanitario.
Sánchez ha hecho hincapié en estas prácticas, mencionando directamente a Alberto González Amador, pareja de Ayuso, quien supuestamente ha visto un incremento desproporcionado en sus ingresos en un corto período. Esta acusación no solo busca desacreditar a Ayuso, sino también poner en entredicho la integridad del PP en su conjunto. La estrategia del PSOE se basa en el ataque como mejor defensa, cuestionando así los procedimientos judiciales que han afectado a su entorno y a la figura del fiscal general del Estado, quien se encuentra en medio de un escándalo por la filtración de un correo confidencial.
### La Batalla Cultural y Diplomática
En medio de esta confrontación política, el Gobierno también ha decidido abordar la situación en Gaza como una cuestión de derechos humanos y justicia social. La narrativa del “genocidio” en Gaza se ha convertido en un eje central de la agenda del PSOE, que busca no solo movilizar a su base, sino también capitalizar el descontento social en torno a esta crisis. La reciente cancelación de la última etapa de La Vuelta ha sido utilizada como un ejemplo para instar a las federaciones internacionales a aplicar sanciones similares a las que se impusieron a Rusia tras la invasión de Ucrania.
En el ámbito cultural, RTVE ha tomado la iniciativa de trasladar su postura a la organización de Eurovisión, sugiriendo que España podría retirarse del festival si Israel continúa participando. Esta decisión ha escalado las tensiones diplomáticas entre España e Israel, resultando en sanciones cruzadas y la llamada a consultas de la embajadora española en Tel Aviv. La situación se ha vuelto tan tensa que no se descarta la posibilidad de una retirada definitiva de la embajadora, lo que podría tener repercusiones significativas en las relaciones bilaterales.
La estrategia del PSOE, por tanto, no solo se centra en la confrontación política interna, sino que también busca posicionarse como un defensor de los derechos humanos en el ámbito internacional. Esta doble estrategia de confrontación y movilización podría ser clave para el partido en el contexto de un clima político cada vez más polarizado. La capacidad del PSOE para articular estas narrativas y movilizar a su base será crucial en los próximos meses, especialmente con las elecciones a la vista y un panorama político que se presenta como un campo de batalla tanto a nivel nacional como internacional.