La Fábrica de Municiones de Granada (FMG) se ha convertido en un referente en la industria de defensa en España, especialmente en el contexto actual de creciente demanda de munición. Con más de 700 años de historia, esta planta no solo es la más antigua en su tipo en el mundo, sino que también ha sabido adaptarse a las necesidades del mercado, generando empleo y ofreciendo oportunidades a personas de diversas edades y profesiones.
La FMG, ubicada en la alquería del Fargue, produce proyectiles de artillería, siendo la única planta en España que fabrica munición de 120 y 105 mm para carros de combate. En un entorno donde la demanda de munición ha aumentado drásticamente, especialmente debido al conflicto en Ucrania, la fábrica ha tenido que adaptarse rápidamente. La producción ha aumentado para satisfacer las necesidades del ejército ucraniano, que ha llegado a disparar hasta 7,000 proyectiles al día.
La plantilla de la FMG es diversa, con trabajadores que van desde jóvenes hasta personas de más de 50 años. Esta mezcla de edades es poco común en el mercado laboral español, pero ha sido clave para la fábrica, que ha logrado reducir la edad media de sus empleados a 38 años. La empresa ha comenzado a contratar a parados de larga duración, incluidos mecánicos, farmacéuticos y profesores, brindando una segunda oportunidad laboral a muchos que habían estado fuera del mercado laboral por años.
La historia de la FMG es rica y compleja. Durante la Guerra Civil, la planta llegó a emplear a más de 1,200 trabajadores. A lo largo de los años, ha enfrentado desafíos significativos, incluyendo reestructuraciones en 1992 y 2013, que amenazaron su continuidad. Sin embargo, la reciente crisis de seguridad en Europa ha revitalizado la industria de defensa, permitiendo a la FMG florecer nuevamente.
La fábrica no solo se enfoca en la producción de munición, sino que también se ha convertido en un centro de innovación. Recientemente, la empresa ha invertido en la adquisición de un antiguo polvorín en Linares, Jaén, para expandir su capacidad de almacenamiento y desarrollar sus propios propelentes. Esta expansión es un reflejo de la creciente importancia de la industria de defensa en la economía española.
El director de la FMG, Antonio González, ha señalado que la mentalidad en Europa ha cambiado drásticamente desde el inicio del conflicto en Ucrania. La necesidad de una industria de defensa robusta se ha vuelto evidente, y la FMG está bien posicionada para jugar un papel crucial en este nuevo panorama. A pesar de la creciente demanda, González advierte que el sector es volátil y que la empresa debe estar preparada para adaptarse a los cambios del mercado.
La FMG también se destaca por su compromiso con la diversidad y la inclusión. La empresa ha implementado políticas para apoyar a la comunidad LGTBI y ha trabajado para crear un ambiente laboral inclusivo. Esto es especialmente relevante en un sector que tradicionalmente ha sido visto como masculino y conservador.
En términos económicos, la FMG ha contribuido significativamente a la economía local. Con un salario medio de 30,155 euros para la escala básica, la fábrica ha generado empleo en una región que históricamente ha tenido altos niveles de desempleo. La planta no solo beneficia a sus empleados, sino que también impulsa la economía de Granada y sus alrededores.
La FMG es más que una simple fábrica de municiones; es un símbolo de la resiliencia y la adaptabilidad de la industria española en tiempos de crisis. Con su rica historia y su enfoque en la innovación y la inclusión, la FMG se ha establecido como un pilar fundamental en la industria de defensa y una fuente de oportunidades laborales en la región.