Alberto Alcocer, un nombre que resuena en el ámbito empresarial español, ha dejado su huella no solo en el mundo de los negocios, sino también en el sector de la caza y la conservación. Su finca, El Avellanar, ubicada en Ciudad Real, se ha convertido en un símbolo de prestigio y exclusividad, atrayendo a personalidades de la alta sociedad y del mundo empresarial. Esta propiedad no solo es un lugar de recreo, sino que también representa una parte importante de la historia familiar de Alcocer y su legado empresarial.
### Un Legado Familiar y Empresarial
Alberto Alcocer nació en Madrid en 1942, en el seno de una familia con una rica tradición en el ámbito empresarial y político. Su abuelo fue alcalde de Madrid durante las dictaduras de Primo de Rivera y Franco, lo que le proporcionó una base sólida en el mundo de los negocios. Tras completar su educación en el Colegio de Los Rosales y obtener su licenciatura en Derecho en la Universidad Complutense de Madrid, Alcocer se adentró en el mundo empresarial, donde rápidamente destacó.
Desde sus inicios en Construcciones y Contratas, Alcocer mostró un talento excepcional para la gestión y la expansión empresarial. Bajo su liderazgo, la empresa creció exponencialmente, diversificándose en múltiples sectores, incluyendo la banca y la construcción. A finales de los años 80, se asoció con el Grupo KIO, lo que le permitió consolidar aún más su influencia en el mercado. Su habilidad para identificar oportunidades y su visión estratégica le valieron un lugar en la lista de las 1000 mayores fortunas de Forbes, con una estimación de riqueza que ronda los 1.400 millones de euros.
La vida personal de Alcocer también ha sido objeto de interés público. Se casó con Esther María Koplowitz, con quien tuvo tres hijas, y tras su divorcio, contrajo matrimonio con Margarita Hernández Núñez. Su familia ha estado involucrada en sus negocios, y sus hijas gemelas también participan en la gestión de sus propiedades, incluyendo la finca El Avellanar.
### El Avellanar: Un Paraíso Cinegético
La finca El Avellanar, que se extiende entre 4.000 y 5.000 hectáreas, es considerada una de las mejores fincas de caza en España. Situada en un entorno privilegiado, colinda con el Parque Nacional de Cabañeros, lo que le otorga un valor ecológico y paisajístico excepcional. La finca es conocida por su caza mayor, incluyendo ciervos, jabalíes y gamos, y también genera ingresos a través de productos agroforestales como corcho, almendras y cereales.
El Avellanar no solo es un lugar de caza, sino que también alberga varias viviendas, una de las cuales es utilizada por la familia Alcocer. La casa principal ha sido descrita como acogedora, decorada con trofeos de caza que reflejan la pasión de Alcocer por este deporte. Sin embargo, la finca también enfrenta desafíos debido a su proximidad al Parque Nacional, donde la construcción y las reformas están estrictamente reguladas para proteger el entorno natural.
A lo largo de los años, El Avellanar ha sido escenario de numerosas monterías, donde han participado figuras destacadas, incluyendo al rey Juan Carlos. Estas reuniones no solo han servido como eventos de caza, sino también como oportunidades para establecer conexiones en el mundo empresarial y social. La exclusividad de la finca ha atraído a un círculo selecto de invitados, consolidando su reputación como un refugio de lujo.
En agosto de 2025, Alcocer llevó a cabo una reestructuración de su holding, Comercio y Finanzas SL, creando varias sociedades para gestionar sus fincas, incluida El Avellanar. Esta decisión refleja su enfoque estratégico hacia la gestión de sus activos y su compromiso con la sostenibilidad y la conservación del medio ambiente.
Además de su éxito en el ámbito empresarial, Alcocer ha sido reconocido por su labor en la conservación cinegética. En marzo de 2023, recibió la Cruz Oficial de la Orden del Mérito de Hungría, un honor que destaca su contribución a la difusión de la caza y la conservación en el país. Su pasión por la caza se ha traducido en una colección destacada de corzos húngaros, que ha mantenido durante más de 40 años.
La finca El Avellanar no solo representa el éxito empresarial de Alberto Alcocer, sino también su compromiso con la tradición, la conservación y el legado familiar. En un mundo donde la sostenibilidad y la responsabilidad social son cada vez más importantes, la finca se erige como un ejemplo de cómo se pueden combinar la pasión por la caza y la gestión responsable de los recursos naturales.