Cáceres, una ciudad que enamora por su historia, su gente y su rica gastronomía, es también el hogar de una historia empresarial que ha dejado una huella imborrable en su desarrollo. Este relato se centra en Los Candela, un almacén de materiales de construcción que no solo fue fundamental para la infraestructura de la ciudad, sino que también simboliza el espíritu emprendedor de sus fundadores. La historia de José Candela Quesada, su creador, es un testimonio del amor a una tierra que lo acogió y que él ayudó a construir.
**Los Inicios de un Sueño Empresarial**
José Candela Quesada llegó a Cáceres en 1866, atraído por las obras de construcción del ayuntamiento. Originario de Crevillente, un municipio alicantino conocido por su industria alfombrera, José no se dedicó a las alfombras, sino que vio en Cáceres una oportunidad para establecer un negocio de materiales de construcción. Desde su llegada, se sintió cautivado por la belleza de la ciudad y su gente, lo que lo llevó a establecerse de manera definitiva.
El almacén que fundó, conocido como Almacenes Candela y Compañía, se ubicó estratégicamente cerca de la estación de trenes, un punto neurálgico para el transporte de materiales. Este almacén se convirtió rápidamente en uno de los más importantes de la ciudad, abasteciendo a numerosos proyectos de construcción que estaban surgiendo en la época. Con más de 60 trabajadores, Los Candela no solo proporcionó materiales, sino que también generó empleo y contribuyó al crecimiento económico de Cáceres.
Los materiales que ofrecía incluían maderas, baldosines, cemento y yeso, esenciales para la construcción de edificios emblemáticos de la ciudad. Entre ellos se encuentran el Gran Teatro, el Hospital Provincial y el edificio de Gabino Díez, todos ellos testigos del legado que dejó José Candela en su paso por Cáceres. La llegada de carros y camiones cargados de materiales era una escena común en el almacén, donde los trabajadores realizaban tareas arduas para satisfacer la demanda de la creciente población.
**El Legado Familiar y la Expansión del Negocio**
A pesar de que José Candela falleció en 1914 sin descendencia, su legado continuó gracias a sus sobrinos, quienes se trasladaron de Crevillente a Cáceres para mantener viva la empresa familiar. José Candela Magro, Félix Candela Semper y José Candela Galván se convirtieron en los nuevos pilares del negocio, asegurando que la visión de su tío perdurara en el tiempo. La familia Candela se integró en la vida cacereña, contribuyendo no solo al desarrollo económico, sino también al tejido social de la ciudad.
La influencia de Los Candela se extendió más allá de la simple venta de materiales. La empresa se convirtió en un símbolo de la capacidad de los emprendedores locales para adaptarse y prosperar en un entorno en constante cambio. A medida que Cáceres crecía, también lo hacía el negocio familiar, que se diversificó y se adaptó a las nuevas necesidades del mercado. La construcción de nuevos barrios y la modernización de la ciudad requerían materiales de calidad, y Los Candela estaba allí para proveerlos.
La historia de Los Candela es un claro ejemplo de cómo una empresa puede convertirse en un pilar fundamental para una comunidad. La dedicación y el compromiso de sus fundadores y sucesores no solo ayudaron a construir edificios, sino que también forjaron la identidad de Cáceres como una ciudad en constante evolución. La conexión entre la familia Candela y la ciudad es un reflejo del amor que se puede sentir por un lugar, un amor que trasciende generaciones y que se manifiesta en cada ladrillo y cada estructura levantada.
Hoy en día, la historia de Los Candela sigue viva en Cáceres, recordando a todos los que pasean por sus calles que detrás de cada edificio hay una historia de esfuerzo, dedicación y pasión por el lugar que se ha convertido en hogar. La ciudad, con su rica herencia cultural y su vibrante comunidad, continúa siendo un lugar donde los sueños empresariales pueden florecer, tal como lo hizo José Candela hace más de un siglo.