La relación entre la Iglesia Católica y la inteligencia artificial (IA) ha evolucionado de manera sorprendente en la última década. A pesar de que muchos asocian al Vaticano con una postura conservadora y tradicionalista, el Papa Francisco ha impulsado un enfoque más moderno y ético hacia la tecnología. Desde su elección en 2013, ha utilizado su influencia para abogar por una regulación cuidadosa de la IA, destacando tanto sus oportunidades como sus riesgos. Este artículo explora cómo el Vaticano ha tomado un papel activo en el debate sobre la ética de la inteligencia artificial, desafiando las nociones preconcebidas sobre la relación entre religión y tecnología.
La influencia del Papa Francisco en el debate sobre la IA es notable. En un informe reciente, miembros de la curia romana advirtieron sobre los peligros de la desinformación generada por la IA, señalando que puede socavar los cimientos de la sociedad. Este documento también menciona la interacción con chatbots, que podría llevar a una sensación de aislamiento y a un trato transaccional en las relaciones humanas. Estas preocupaciones reflejan una comprensión profunda de cómo la tecnología puede afectar la vida cotidiana y las interacciones sociales.
### La Crítica al Tecnologismo
Uno de los aspectos más destacados de la postura del Papa Francisco es su crítica al ‘tecnosolucionismo’, una ideología que sostiene que todos los problemas del mundo pueden resolverse únicamente a través de la tecnología. A pesar de haber mantenido diálogos con líderes de grandes empresas tecnológicas, como Mark Zuckerberg y Brad Smith, el Papa ha enfatizado que la IA no debe ser utilizada como una herramienta de explotación. En su mensaje del 1 de enero de 2024, subrayó que los avances tecnológicos que no benefician a todos, sino que perpetúan desigualdades, no pueden considerarse un verdadero progreso.
El Vaticano ha expresado su preocupación por la concentración del poder en manos de unas pocas empresas tecnológicas, como Google, Microsoft y Meta. Estas empresas están bajo investigación en varios países por prácticas monopolísticas, lo que ha llevado al Papa a advertir sobre los intereses económicos que operan en el mundo digital. En 2019, ya había señalado que estos intereses pueden manipular la conciencia y afectar el proceso democrático, lo que pone de relieve la necesidad de una regulación ética en el ámbito de la IA.
### Innovación y Diplomacia Digital
A pesar de sus críticas, el Vaticano no se ha quedado atrás en la adopción de nuevas tecnologías. Desde la digitalización de manuscritos antiguos hasta la organización de hackatones para fomentar el desarrollo de software con impacto social, la Iglesia ha estado a la vanguardia en la aplicación de la IA para fines positivos. El Papa Francisco ha promovido el uso de la IA como una herramienta para la diplomacia, buscando influir en la regulación de la tecnología a nivel global.
En 2024, el Vaticano se asoció con Microsoft para crear una réplica digital de la icónica Basílica de San Pedro. Esta colaboración no solo muestra la disposición de la Iglesia para abrazar la tecnología, sino que también refleja su interés en utilizarla para fines culturales y educativos. Además, el nombramiento de Demis Hassabis, cofundador de Google DeepMind, como miembro de la academia científica del Vaticano, resalta la intención de la Iglesia de estar al tanto de los avances en IA y su aplicación ética.
El Papa ha sido un defensor de la innovación digital responsable. En 2020, se firmó un manifiesto en defensa de esta innovación, que fue respaldado por la Iglesia, el gobierno italiano y empresas como Microsoft e IBM. Este manifiesto sirvió como base para el código de conducta de IA creado por el G7 en 2023, lo que demuestra cómo el Vaticano ha influido en la creación de políticas tecnológicas a nivel internacional.
La participación del Vaticano en festivales tecnológicos y culturales, como el Web Summit, ha permitido que la Iglesia se involucre en discusiones sobre el futuro de la tecnología y su impacto en la sociedad. La designación de expertos en ética tecnológica como consultores del Consejo para la Cultura también indica un compromiso serio por parte de la Iglesia para abordar los desafíos que presenta la IA.
La relación entre la Iglesia Católica y la inteligencia artificial es un ejemplo de cómo las instituciones tradicionales pueden adaptarse a los tiempos modernos. A través de un enfoque ético y humanista, el Papa Francisco ha logrado posicionar al Vaticano como un actor relevante en el debate sobre la tecnología, desafiando las expectativas y promoviendo un diálogo necesario sobre el futuro de la humanidad en la era digital.