En un mundo cada vez más inestable, la metáfora de un patio de escuela sin maestro resuena con fuerza en los círculos militares y diplomáticos. Un general del Ejército de Tierra español ha utilizado esta imagen para describir la actual situación global, donde la falta de un orden claro ha llevado a un aumento de la violencia y la agresión. Este escenario se ha vuelto especialmente evidente en conflictos recientes como los de Ucrania y Gaza, que son vistos como ejemplos de un nuevo paradigma de guerra: la guerra perpetua.
La idea de que la humanidad podría estar entrando en un estado de guerra constante ha ganado terreno entre expertos en relaciones internacionales. La ONU, que alguna vez fue vista como un baluarte de la paz, parece estar perdiendo su capacidad para mediar en conflictos, dejando a las naciones a merced de sus propios intereses. El jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) español, almirante Teodoro Esteban López Calderón, ha advertido que el futuro podría estar marcado por un conflicto casi permanente en zonas de tensión, donde las confrontaciones directas e indirectas se convierten en la norma.
### La Evolución del Campo de Batalla
El concepto de guerra ha evolucionado drásticamente en las últimas décadas. La guerra moderna ya no se limita a enfrentamientos en el campo de batalla; se ha expandido a un entorno digital donde los ciberataques y la desinformación juegan un papel crucial. Según el JEMAD, el «nuevo entorno operativo» se caracteriza por la transparencia del campo de batalla gracias a la utilización de drones espía, la necesidad de decisiones rápidas impulsadas por inteligencia artificial, y la digitalización y robotización de las operaciones militares.
La guerra de hoy exige precisión y rapidez. Las plataformas militares, desde buques hasta aviones, son vulnerables a ser observadas y atacadas. Esto ha llevado a una nueva forma de guerra, donde la defensa contra vehículos no tripulados y la guerra cibernética son esenciales. El almirante López Calderón ha enfatizado que el campo de batalla no tiene límites, lo que significa que incluso las retaguardias están en riesgo.
La guerra híbrida, que combina tácticas convencionales y no convencionales, se ha convertido en una preocupación central para los estrategas militares. Este enfoque permite que los actores estatales y no estatales lleven a cabo operaciones de desestabilización sin necesidad de un conflicto abierto. La historia reciente ha demostrado que es más fácil lanzar campañas de desinformación que prevenir ataques cibernéticos, lo que complica aún más la situación global.
### La Resiliencia como Estrategia
En este contexto de inestabilidad constante, la resiliencia se ha convertido en un concepto clave. Los expertos sugieren que es fundamental reforzar la valoración que los ciudadanos tienen sobre sus instituciones y el sistema en el que viven. La idea es que, si las personas creen que vale la pena luchar por su país, estarán más dispuestas a resistir las amenazas externas.
Sin embargo, hay un riesgo asociado a esta cultura de la alerta permanente. La obsesión por la seguridad puede llevar a una sociedad marcada por el miedo, lo que podría tener consecuencias negativas a largo plazo. La discusión sobre cómo abordar esta nueva realidad se centra en dos enfoques opuestos: el realismo de John Mearsheimer, que sostiene que cada estado actúa en su propio interés, y el constructivismo optimista de Alexander Wendt, que aboga por la cooperación internacional.
El almirante Juan Rodríguez Garat, un veterano de la Flota y experto en defensa, ha señalado que el enfrentamiento de intensidad variable no es un fenómeno nuevo. La historia está llena de ejemplos de conflictos prolongados, como la Guerra de los Cien Años o la Guerra Fría. Sin embargo, la tecnología actual ha cambiado las reglas del juego, facilitando la propaganda y reduciendo el costo político de los enfrentamientos.
La guerra híbrida, que incluye desde ciberataques hasta la manipulación de migrantes, es un fenómeno que preocupa a los geoestrategas. A pesar de que los militares están más enfocados en amenazas convencionales como drones y misiles, la realidad es que la ciberguerra y la desinformación son técnicas relativamente baratas y efectivas.
En este nuevo orden mundial, la preparación para la resiliencia se ha convertido en una prioridad. El JEMAD ha definido esta estrategia como una necesidad de involucrar a todos los elementos de la sociedad en la defensa del país. La idea es que, en un mundo donde la guerra puede ser constante, cada ciudadano debe estar preparado para contribuir a la seguridad nacional.
La guerra perpetua, aunque puede parecer un concepto alarmante, es una realidad que muchos expertos consideran inevitable si no se toman medidas adecuadas. La historia ha demostrado que la inestabilidad puede llevar a conflictos prolongados, y la tecnología moderna solo ha complicado aún más la situación. La clave para enfrentar este nuevo desafío radica en la capacidad de adaptación y la voluntad de los ciudadanos de participar en la defensa de su nación.