La devastadora dana que azotó la provincia de Valencia el 29 de octubre de 2024 dejó un saldo trágico de 228 fallecidos y una destrucción sin precedentes. A seis meses de esta catástrofe, las preguntas sobre la gestión de la emergencia y la respuesta de las autoridades siguen sin respuesta, especialmente en lo que respecta a la actuación del president Carlos Mazón. La falta de claridad en su paradero durante las horas críticas ha generado un intenso debate político y social, que se ha intensificado con el avance de la instrucción judicial.
La situación se complica aún más por la falta de transparencia en la información que se ha proporcionado sobre las comunicaciones y decisiones tomadas durante la emergencia. A continuación, se analizan los principales puntos de controversia que rodean la actuación de Mazón y su equipo en esos momentos críticos.
### La Falta de Transparencia en las Comunicaciones
Uno de los aspectos más discutidos ha sido la falta de acceso a los registros de llamadas del president Mazón durante la tarde del 29 de octubre. La oposición ha solicitado en varias ocasiones un desglose de las comunicaciones realizadas, pero el Gobierno valenciano ha argumentado que la compañía encargada de gestionar las comunicaciones no emite facturas individuales, lo que dificulta la obtención de información específica. Esto ha llevado a la especulación sobre la cantidad de llamadas que realmente realizó Mazón en un momento en que la situación se tornaba cada vez más crítica.
Mazón ha afirmado que realizó 16 llamadas durante esa tarde, pero este dato ha sido cuestionado, ya que su relato termina a las 19:43, justo antes de su llegada al Centro de Coordinación de Emergencias (Cecopi) a las 20:28. La falta de claridad en este punto ha alimentado las dudas sobre su disponibilidad y su capacidad para tomar decisiones informadas en un momento de crisis.
Además, las comunicaciones de otros miembros del Gobierno, como la consellera Pradas, han revelado que hubo más actividad en términos de llamadas en momentos críticos, lo que sugiere que Mazón podría no haber estado tan involucrado como se ha afirmado. La falta de registros claros y accesibles ha llevado a la oposición a cuestionar la veracidad de la versión oficial y a exigir más transparencia.
### La Gestión de la Información y la Seguridad
Otro punto de controversia ha sido la gestión de la información en el Palau de la Generalitat. Según la versión oficial, Mazón estuvo trabajando en el Palau entre la comida que tuvo con la periodista Maribel Vilaplana y su llegada al Cecopi. Sin embargo, no se ha proporcionado información clara sobre la hora de llegada al Palau ni sobre cuánto tiempo estuvo allí. La negativa del Gobierno a mostrar las imágenes de seguridad del Palau ha alimentado aún más las dudas sobre su paradero y su implicación en la gestión de la crisis.
La Generalitat ha argumentado que las grabaciones fueron borradas según el protocolo general, lo que ha suscitado críticas por la falta de conservación de pruebas que podrían ser relevantes para la investigación. La ausencia de registros visuales de lo que ocurrió en el Palau durante esas horas críticas ha llevado a la oposición a cuestionar la transparencia del Gobierno y su disposición a rendir cuentas.
Además, la geolocalización de los vehículos oficiales y la falta de información sobre los trayectos realizados por Mazón han sido otros puntos de interés. La oposición ha solicitado la geolocalización exacta del teléfono móvil del president, pero la respuesta ha sido sorprendente: Mazón no tiene un teléfono móvil personal. Esta afirmación ha generado más preguntas que respuestas, ya que la falta de un dispositivo personal dificulta la posibilidad de rastrear sus movimientos durante la emergencia.
Por otro lado, la factura de la comida que Mazón tuvo en el Ventorro, donde pasó varias horas mientras la situación se descontrolaba, también ha sido objeto de controversia. La negativa a proporcionar esta información ha llevado a la oposición a cuestionar la naturaleza de esa reunión y su relevancia en el contexto de la crisis.
La falta de claridad en la gestión de la información y la negativa a proporcionar registros y pruebas han alimentado un clima de desconfianza hacia las autoridades. La situación se complica aún más por la falta de actas o grabaciones de las deliberaciones en el Cecopi, lo que podría arrojar luz sobre las decisiones tomadas durante la emergencia.
En resumen, a medida que se cumplen seis meses de la dana que devastó Valencia, las incógnitas sobre la actuación de Carlos Mazón y su equipo siguen sin resolverse. La falta de transparencia en las comunicaciones, la gestión de la información y la negativa a proporcionar registros claros han alimentado un clima de incertidumbre y desconfianza que podría tener repercusiones en la política valenciana en el futuro.