Con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas, muchos se preguntaban si el Papa León XIV se tomaría un merecido descanso. A diferencia de su predecesor, el Papa Francisco, quien optó por no disfrutar de vacaciones durante su pontificado, León XIV ha decidido retomar esta tradición, pasando dos semanas en el histórico palacio de Castel Gandolfo, conocido como el «Vaticano 2». Esta residencia, situada a solo 30 kilómetros al sur de la Ciudad del Vaticano, ha sido un lugar de descanso para muchos papas a lo largo de la historia.
### Un Refugio Histórico
El palacio de Castel Gandolfo ha sido un refugio para los papas desde el siglo XVII. Con 55 hectáreas de jardines, palacetes y vías peatonales, es más grande que la propia Ciudad del Vaticano. Durante su estancia, el Papa León XIV ha disfrutado de la belleza natural del lugar, paseando por sus jardines y aprovechando la cercanía al Lago Albano. Este entorno no solo ofrece un respiro del ajetreo del Vaticano, sino que también ha permitido al Papa reflexionar y trabajar en su primera encíclica.
La villa ha sido un punto de atracción para turistas que buscan conocer la residencia papal. Aunque durante la última década el lugar había sido más un museo debido a la falta de interés de Francisco, el regreso de un papa a Castel Gandolfo ha revitalizado el turismo local. Los residentes del pueblo han expresado su alegría, esperando que la presencia del Papa impulse la economía de la zona.
### Actividades de Verano
Durante su estancia en Castel Gandolfo, el Papa León XIV ha mantenido un equilibrio entre el trabajo y el ocio. A pesar de ser un periodo de vacaciones, ha estado escribiendo su primera encíclica, que abordará el impacto de la inteligencia artificial en la vida espiritual contemporánea. Este tema refleja la necesidad de la Iglesia de adaptarse a los tiempos modernos y de abordar cuestiones relevantes para la sociedad actual.
Además de su trabajo, el Papa ha disfrutado de actividades recreativas. Se ha informado que ha practicado natación en la piscina cubierta de la villa y ha jugado al tenis, su deporte favorito. A sus 69 años, León XIV ha encontrado en estas actividades una forma de desconectar y disfrutar de su tiempo libre, algo que no había podido hacer desde su elección en mayo.
El Papa ha seguido una agenda organizada, incluyendo encuentros diplomáticos, como la visita del presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenski. Sin embargo, ha evitado compromisos excesivos, permitiéndose disfrutar de la tranquilidad del lugar. Esta combinación de trabajo y ocio es un recordatorio de que incluso los líderes religiosos necesitan tiempo para descansar y reflexionar.
La tradición de pasar el verano en Castel Gandolfo ha sido una práctica común entre los papas, desde Pío XII hasta Juan Pablo II y Benedicto XVI. Con el regreso de esta costumbre, León XIV no solo honra la historia de la Iglesia, sino que también establece un nuevo precedente para su pontificado, mostrando que es posible equilibrar las responsabilidades con el bienestar personal.
En resumen, las vacaciones del Papa León XIV en Castel Gandolfo han sido un retorno a la tradición, permitiéndole disfrutar de un merecido descanso mientras continúa con sus deberes papales. Este equilibrio entre trabajo y ocio no solo beneficia al Papa, sino que también revitaliza la comunidad local y reafirma la importancia de la historia y la cultura en la vida de la Iglesia.