En cada una de sus apariciones, ya sea en actos oficiales o en momentos de ocio, el rey Felipe VI y la reina Letizia se desplazan en coche. Este medio de transporte es el más utilizado por los miembros de la Casa Real, gracias a su versatilidad y seguridad, lo que lo convierte en la opción preferida para sus desplazamientos. A lo largo de los años, la familia real ha acumulado una impresionante colección de vehículos, que no solo refleja su estatus, sino también su estilo de vida. En este artículo, exploraremos los diferentes modelos que componen el garaje real, así como las ocasiones en las que los miembros de la familia optan por conducir ellos mismos.
La Casa Real cuenta con un total de 44 vehículos, según la Memoria del Parque Móvil del Estado. Cada uno de estos coches tiene un uso específico, y aunque los Reyes y sus hijas, la princesa Leonor y la infanta Sofía, a menudo utilizan otros medios de transporte para viajes más largos, como aviones, el coche sigue siendo su elección habitual para desplazamientos en el día a día. En ocasiones excepcionales, como en 2018, el rey Felipe utilizó el metro de Madrid para conmemorar la apertura de la red, y en 2021, se subió a un autobús interurbano junto a la reina Letizia. Sin embargo, estos momentos son más la excepción que la norma, ya que lo habitual es que los royals se desplacen en coche.
### La Colección de Vehículos de la Casa Real
El garaje de Zarzuela alberga una variedad de coches, desde los más cotidianos hasta los más lujosos y exclusivos. Entre ellos, destaca un Rolls-Royce Phantom IV, un vehículo que ha sido utilizado en ocasiones muy especiales, como el desfile militar del Día de la Hispanidad y la boda de los entonces Príncipes de Asturias en 2004. Este modelo, que data de 1952, es uno de los 18 fabricados en el mundo y su valor histórico es incalculable, aunque se estima que actualmente podría alcanzar los 750.000 euros. Este coche es considerado uno de los más valiosos en la colección de jefes de Estado a nivel mundial, situando al rey Felipe en el tercer puesto en este ranking.
Además del Rolls-Royce, la familia real también utiliza otros modelos de lujo. Por ejemplo, el Lexus RX 450h, un vehículo híbrido que combina sostenibilidad y elegancia, ha sido parte de sus desplazamientos desde 2020. Este modelo tiene un precio que oscila entre los 80.000 y 100.000 euros, dependiendo de las mejoras y detalles que se le añadan. Otro coche que ha sido visto en varias ocasiones es el Cupra Formentor, que ha sido el modelo más vendido de la marca en España. También son comunes en su garaje el Seat Alhambra, el Audi RS6 Sedán, que destaca por su potencia de 580 CV, y el Audi A8L, conocido por su lujo y confort.
### La Vida Privada y los Viajes de la Familia Real
En sus salidas privadas, los Reyes suelen utilizar coches diferentes a los de sus hijas. Por ejemplo, en una reciente aparición, la infanta Sofía llegó a un evento en un Mercedes Clase S. Es importante destacar que los vehículos utilizados en actos oficiales no llevan matrículas convencionales, sino que cuentan con una placa que lleva una corona dorada, indicando el estatus de sus ocupantes. Si el fondo de la placa es azul, el coche está transportando a la Princesa de Asturias, mientras que si es granate, es el Rey quien viaja en él.
Los coches que la familia real utiliza en su vida cotidiana sí llevan matrículas, como cualquier otro ciudadano. Esta práctica es común en otras monarquías europeas, como la británica y la neerlandesa. La tradición automovilística de la familia real se remonta a generaciones anteriores. El rey Felipe, desde su infancia, ha mostrado interés por los coches, comenzando con un kart en los jardines del Palacio. Al cumplir 18 años, su padre le regaló un Seat Ibiza, el mismo modelo que, 30 años después, se convirtió en el primer coche de la princesa Leonor al cumplir la mayoría de edad y obtener su licencia de conducir. La infanta Sofía, por su parte, acaba de cumplir la edad mínima para presentarse al examen práctico de conducción y se espera que lo haga este verano, mientras que por ahora disfruta de ser copiloto de su hermana, poniendo música durante sus viajes.
La fascinación por los coches y la movilidad de la familia real española no solo refleja su estatus, sino también una conexión con la tradición y la modernidad, adaptándose a las necesidades de un mundo en constante cambio. A medida que la familia real continúa su labor, sus vehículos seguirán siendo un símbolo de su presencia y relevancia en la sociedad española.