La celebración del Orgullo en Budapest se ha convertido en un símbolo de resistencia y lucha por los derechos LGTBI en un contexto de creciente represión. Este año, el evento, que tuvo lugar el 28 de junio de 2025, reunió a decenas de miles de personas que marcharon por las calles de la capital húngara, desafiando las prohibiciones impuestas por el Gobierno de Viktor Orbán. Con el lema «La libertad y el amor no pueden prohibirse», los asistentes se unieron en una manifestación pacífica que se transformó en un acto de desafío colectivo contra las políticas de censura del régimen ultranacionalista.
La marcha, que comenzó en el parque del ayuntamiento y se extendió por el centro de Budapest, atrajo a una multitud que, según estimaciones, superó las 70,000 personas, aunque algunos medios sugieren que la cifra podría ser aún mayor. Este evento se convirtió en la manifestación más multitudinaria en los 30 años de historia del Orgullo en Hungría, en un contexto donde el Gobierno había intentado prohibir la celebración. La respuesta de la ciudadanía fue contundente, mostrando que la lucha por los derechos LGTBI no se detendrá ante la represión.
### Un Acto de Resistencia Colectiva
La marcha del Orgullo en Budapest no solo fue una celebración de la diversidad, sino también un acto de resistencia frente a las políticas de censura y represión del Gobierno. La escasa presencia policial durante el evento se debió a la decisión del alcalde ecologista de Budapest, Gergely Karácsony, quien convirtió la celebración en un acto municipal, evitando así la necesidad de un permiso nacional que podría haber sido denegado. Esto permitió que la marcha se desarrollara sin mayores incidentes, a pesar de la presencia de grupos ultraderechistas que intentaron interrumpir el recorrido.
Activistas y políticos de toda Europa se unieron a la marcha, mostrando su apoyo al colectivo LGTBI y a la lucha por los derechos humanos en Hungría. La exalcaldesa de Barcelona, Ada Colau, destacó la importancia de la manifestación, afirmando que «no vamos a dar un paso atrás ni un milímetro en nuestros derechos y libertades». La participación de aproximadamente 70 europarlamentarios y políticos de diferentes países europeos subraya la relevancia internacional de este evento, que se ha convertido en un símbolo de resistencia contra la opresión.
Los testimonios de los participantes reflejan la frustración y el deseo de cambio en Hungría. Éva Balog, una profesora de 40 años, expresó su descontento con el Gobierno, afirmando que la marcha es «una protesta contra lo que está pasando en Hungría». Otros asistentes, como una joven universitaria, enfatizaron que su participación era un acto de defensa de la libertad, rechazando cualquier intento de que Hungría se asemeje a regímenes represivos como el de Rusia.
### La Respuesta del Gobierno y el Contexto Político
El Gobierno de Viktor Orbán ha intensificado su retórica contra el colectivo LGTBI en los últimos años, impulsando leyes que limitan la libertad de expresión y los derechos de las personas queer. Una reciente legislación permite la prohibición de eventos públicos que, según el Gobierno, puedan poner en peligro el desarrollo «adecuado» de los menores. Esta ley ha sido criticada tanto a nivel nacional como internacional, y ha generado un fuerte rechazo entre la población.
A pesar de las advertencias del primer ministro sobre las posibles consecuencias legales para los participantes en la marcha, la respuesta de la ciudadanía fue clara: la lucha por los derechos LGTBI no se detendrá ante la represión. La encuesta realizada por el instituto demoscópico ‘Publicus’ reveló que el 78% de los ciudadanos de Budapest se oponen a la prohibición de la marcha, lo que indica un amplio apoyo a la causa.
La manifestación del Orgullo en Budapest no solo representa una celebración de la diversidad, sino también un llamado a la acción contra la opresión y la censura. La participación masiva y el apoyo internacional demuestran que la lucha por los derechos humanos es un tema que trasciende fronteras y que la comunidad LGTBI en Hungría no está sola en su batalla por la libertad y la igualdad. En un contexto donde la represión parece estar en aumento, la marcha del Orgullo se erige como un faro de esperanza y resistencia, recordando a todos que la lucha por la libertad y los derechos humanos es un camino que debe ser recorrido con valentía y determinación.